Bruselas, 5 oct (EFE).- El presidente brasileño, Luis Inácio Lula
da Silva, ha animado hoy a los empresarios europeos a invertir en
Brasil, un país cuya economía "está saneada y es fuerte", porque
tuvo "el coraje de regular" a tiempo su sector financiero e hizo
"sacrificios" para anticiparse a la crisis.
En el último acto de su visita oficial a Bélgica, Lula ha
participado en un foro empresarial de alto nivel en el que ha
defendido la "fiabilidad" y "seriedad" de la economía brasileña, que
va a ser capaz, ha vaticinado, de crecer el año que viene a un
envidiable 5%.
Sus palabras venían avaladas por las del propio ministro belga de
Asuntos Exteriores, Yves Leterme, quien le precedió en la tribuna
del Foro "Bélgica-Brasil: nuevas fronteras para los negocios".
Brasil, ha dicho Leterme, "ha sido uno de los últimos en caer en
la crisis y será de los primeros en salir".
Ante un auditorio formado por ejecutivos de las principales
multinacionales belgas y europeas Lula ha presentado Brasil como un
país "que ha sabido encontrar finalmente su vocación: la de ser uno
entre los grandes".
La reciente concesión de los Juegos Olímpicos de 2016, por la que
el mandatario brasileño ha sido efusivamente felicitado estos días
en Bruselas, así como la organización de la Copa del Mundo de
fútbol, constituyen, según ha subrayado, "excelentes oportunidades"
para invertir en Brasil.
"Es muy importante que ese crecimiento brasileño se haga en
cooperación" con las empresas extranjeras.
Previamente, ante la misma audiencia, el vicepresidente de la
Confederación de la Industria Brasileña (CNI), Paulo Tigre, se ha
esforzado por desmontar la imagen tradicional de Brasil como un
productor exclusivamente agroalimentario.
"Es el país que alberga mayor número de empresas alemanas después
de Alemania y mayor número de empresas suecas después de Suecia", ha
asegurado.
El único bemol ha corrido a cargo del consejero delegado de la
Federación Belga de Empresarios (FEB), Rudi Thomaes, quien ha
animado al Gobierno brasileño a "proseguir en la vía de la
simplificación y clarificación del sistema fiscal".
Lula, por su parte, ha reiterado su llamamiento a que se abran
los mercados europeos, se eliminen los subsidios, se concluya la
Ronda de Doha y se acabe definitivamente con las burbujas
especulativas.
Pese a haber sido, "en el pasado", el presidente "que más
asustaba a la clase empresarial", Lula ha invitado abiertamente a
los patronos belgas, y por extensión a todos los europeos, a
participar en las oportunidades que se ofrecen en el nuevo Brasil.
De su experiencia como líder sindical aprendió que "nadie respeta
a nadie que no se respete a sí mismo" y "Brasil tenía que respetarse
a sí mismo", cosa que, a su juicio, empieza a ser una realidad.
Otra lección que cree haber demostrado ya como gobernante es que
el crecimiento económico no es incompatible con la redistribución de
la riqueza y que "distribuir los ingresos es, en realidad, la mejor
vía para crecer".
"Brasil está creciendo de forma más justa y más sostenible, un
poco más del lado de los pobres y un poco menos del de las clases
más altas", ha explicado.
Mañana, en Estocolmo, Lula se reunirá con los principales
dirigentes de la Unión Europea, en la tercera cumbre bilateral, que
estará centrada en la recuperación económica mundial y la lucha
contra el cambio climático.
El primer ministro sueco y presidente de turno del Consejo
Europeo, Fredrik Reinfeldt, será el anfitrión del presidente
brasileño, y del presidente de la Comisión Europea (CE), el
portugués José Manuel Durão Barroso.
Los titulares brasileños de Exteriores, Celso Amorim, y de
Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Miguel Jorge, también
asistirán a la cita, junto a las comisarias europeas de Relaciones
Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, y de Comercio, Catherine Ashton.
Según un borrador de la declaración conjunta que adoptarán la
Unión Europea (UE) y Brasil al término de la cumbre, ambas partes se
comprometerán a alcanzar un "acuerdo global positivo y ambicioso" en
la conferencia de la ONU sobre el clima, que se celebrará en
Copenhague el próximo diciembre. EFE