La economía venezolana vive un momento clave en su historia reciente. Tras años de crisis, inflación y estancamiento, por primera vez se está viendo una mejora que puede derivar en un crecimiento para este 2022.
Los motivos de estas previsiones se basan en una estabilización tanto de la inflación como del mercado cambiario, así como también de un aumento en la actividad económica y de los ingresos producto de las exportaciones petroleras.
Esto ha llevado a que, por ejemplo, análisis de Bank Of America y de la Cepal aseguren que Venezuela tendrá su primer rebote económico en años. Algo que, si bien es positivo, no termina de resolver los problemas que tiene el país en el área economía.
Y es que Venezuela aún sigue teniendo una serie de crisis internas sin resolver que son la gran piedra de tranca para la economía nacional. Una de estas se encuentra en el sector financiero y bancario, más específicamente en la cartera de créditos.
Así lo han asegurado una serie de analistas y empresarios que, tras la publicación de un reporte sobre la cartera crediticia nacional hecho por la Superintendencia de Bancos (Sudeban), han asegurado que los créditos que hay actualmente son insuficientes para poder levantar y reactivar la economía.
Falta mucho por crecer en materia crediticia
El reporte de la Sudeban asegura que la cartera de créditos en el país llego a 597,97 millones de dólares, un aumento de 106% con respecto al 2021, pero que es insuficiente para cubrir la demanda que hay en el mercado.
Según el economista Giorgio Cunto en declaraciones al medio venezolano El Diario, la empresa privada venezolana requiere “alrededor de 6 mil millones de dólares” en créditos para poder activar eficazmente a la economía nacional.
Lo mismo piensa el presidente de Fedecamaras, Carlos Fernández, quien señaló que este monto es insuficiente aún para el tamaño de la economía nacional y explicó que los pocos créditos que hay son usados para el pago de temas urgentes y no para mejorar a la industria venezolana.
“Es una cartera muy pequeña para lo que fue y muy pequeña, inclusive, para el tamaño de la economía venezolana. Son créditos que se otorgan a muy corto plazo, de 90 o 180 días y que están siendo utilizados para la compra de productos, materia prima, pago a transportistas o de beneficios de los trabajadores”.
Siguiendo con las declaraciones de Fernández, el presidente de la cámara empresarial más grande de Venezuela aseguró que ante el vacío que hay en materia crediticia, las empresas han tenido que recurrir a otras fuentes de financiamiento.
Una de estas fuentes son los bancos extranjeros que, al igual que en el consumo interno, han servido como herramienta para pagar insumos y materia prima. Pero no es la única fuente.
Tal y como asegura el presidente Conindustria, Luigi Pisella, el 53% de la industria venezolana se financia a través de aportes de los accionistas y directores de las empresas, y el 21% de créditos otorgados por casas de bolsas y bancos extranjeros.
La sumatoria de estos datos sobrepasa a lo que representan los créditos nacionales que solo llegan al 26% del total de las fuentes de financiamiento que utiliza la industria nacional para sobrevivir.
Una crisis autoinducida
La crisis del crédito venezolana tiene un origen definido. Tras años de caos económico, en el 2018 Maduro empieza a tomar una serie de medidas económicas con el fin de frenar la inflación y la devaluación.
Tras una primera ronda de medidas tomadas en el segundo semestre del 2018, Maduro anuncia en 2019 un aumento del encaje legal del 100%. Esto llevó a que la cartera crediticia cayera en un 68% y se pasara de tener un volumen de 684 millones de dólares, a rondar los 212 millones para finales del 2019.
Esta caída tocó su punto más bajo en pleno 2020 cuando la cartera de créditos se ubicó en 106 millones de dólares según cálculos del economista anteriormente mencionado, Giorgio Cunto.
Si bien la medida logró controlar la inflación y la devaluación, el despertar de la actividad económica ha aumentado la demanda por el crédito y si el gobierno de Maduro no toma medidas, es muy probable que el crecimiento económico que tanto a promocionado, se encuentre con su primer gran problema para sostenerse.
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