Entre tantos proyectos en circulación, las probabilidades de éxito no son muchas. Sin embargo, se hace el intento. Tenemos el caso Terra/Luna. Y tenemos el caso FTX como ejemplos de fracasos espectaculares. ¿Qué pasó?
Para nadie es un secreto que cada proyecto tiende formar una legión de fieles seguidores. Sé por experiencia que criticar un proyecto normalmente significa despertar la ira de la tribu. Estos tokens o criptomonedas suelen convertirse en algo que va más allá de un simple código. La gente se apasiona. El token se convierte en una identidad. Y eso no es causalidad. La comunidad es la que le aporta valor al código. Y los fundadores saben esto muy bien.
La promoción es la clave. Se necesita crear un movimiento. Grandes nombres, muchas promesas y una narrativa que evoque emociones. Obvio que se debe tratar de algo "revolucionario". Se trata de un futuro maravilloso. Y todos los “visionarios” están comprometidos con la construcción de este paraíso dorado.