La intencionalidad, la oportunidad y el contexto de una compra nos revela más sobre un activo que la narrativa oficial de sus más devotos promotores. En el caso específico de Bitcoin, lo mejor es realizar un estudio de la acción del precio en su interacción con el inversor promedio. Lo más confuso es buscar “sabiduría” en las redes sociales. Porque, en este espacio, la brecha entre lo que se dice y lo que se hace es grande. La narrativa (cargada de idiosincrasia) se mueve en un sentido. Pero el mercado, curiosamente, se mueve en otro.
El bitcoiner militante representa al sector más ruidoso de la comunidad. Ciertamente, tienen el dominio de la narrativa en la prensa del nicho, en Twitter (NYSE:TWTR) y en Youtube. Este lote se compone principalmente de libertarios, anarcocapitalistas, conservadores y nuevos conversos (hijos de la propaganda). Este lote ha sido educado (financieramente) por las redes sociales. ¿De dónde vienen las ideas? Los cypherpunks, los escarabajos del oro, Escuela de Chicago, Escuela austriaca, liberalismo clásico, Tea Party, etc.
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