El mercado de criptomonedas fue testigo del verano DeFi de 2020, en el que aplicaciones como Compound y Uniswap convirtieron a Ether (ETH) y Bitcoin (BTC) en activos generadores de rendimientos a través del yield farming y las recompensas de la minería de liquidez. El precio del Ether casi se duplicó hasta los USD 490, dado que la liquidez total de los protocolos DeFi alcanzó rápidamente los USD 10,000 millones.
Hacia finales de 2020 y principios de 2021, la flexibilización cuantitativa inducida por el COVID-19 en todos los mercados mundiales estaba en pleno efecto, causando una mega carrera alcista que duró casi un año. Durante este tiempo, el precio de Ether aumentó casi diez veces hasta alcanzar un máximo por encima de los USD 4,800.
Una vez finalizada la eufórica fase alcista, se produjo un doloroso enfriamiento que se vio exacerbado por el desplome del UST-LUNA que comenzó a principios de 2022. Esto llevó el precio de Ether hasta los USD 800. Un rayo de esperanza llegó finalmente en el tercer trimestre, cuando el mercado experimentó un repunte positivo liderado por la narrativa de la fusión de Ethereum.