La cotización de Shiba Inu (SHIB) se ha estancado, lo que ha provocado importantes pérdidas entre los inversores, vistas por última vez en mayo de 2021, y ha provocado un descenso de las transacciones en la cadena. Esta falta de actividad ha creado una sensación de pesimismo entre los inversores. A pesar de que el Índice de Fuerza Relativa (RSI) y la Media Móvil Exponencial (EMA) de 50 días insinúan un posible rebote, persiste el riesgo de que SHIB alcance un nuevo mínimo para 2023.
El desplazamiento de la oferta de SHIB hacia los grandes inversores, que ahora poseen la asombrosa cifra de 623 billones de SHIB, se produjo después de que los inversores minoristas se deshicieran de 60 millones de dólares de sus tenencias. Con una concentración tan grande de la altcoin en manos de unos pocos, la posibilidad de reavivar el sentimiento alcista y desencadenar una recuperación de los precios de SHIB depende en gran medida de estos grandes inversores.
Esta situación subraya la influencia que los grandes tenedores pueden ejercer en el mercado, especialmente en el caso de las criptomonedas más pequeñas y volátiles como Shiba Inu. La evolución del precio de la criptomoneda y su trayectoria futura parecen estar ahora ligadas a las acciones de estas ballenas, lo que pone de relieve el papel fundamental que desempeñan en el mercado de las altcoins.
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