Muchos inversores están asumiendo que este es un ciclo bajista como los anteriores. Es decir, el precio sube. El precio baja. Pero, luego, vendrá la recuperación de la manera prevista. De hecho, muchos, en este espacio, usan las gráficas para hacer sus predicciones. Esto se hace, porque, con frecuencia, se piensa que la historia se repite. O sea, el pasado es como el futuro. Entonces, se cree que este ciclo bajista tiene sus días contados. De pronto, este 2022 es como el 2018. El 2023 será como el 2019. Y el 2024, seguramente, será como el 2020. En otras palabras, si compraste caro en 2021, tranquilo, es solo cuestión de tiempo. ¿Por qué? Porque la historia se repetirá.
Claro que es perfectamente válido apoyarse en modelos para hacer pronósticos. Sin embargo, debemos recordar que los modelos no son infalibles. O sea, emiten señales falsas. Por otro lado, los modelos se basan en la teoría de la probabilidad. Lo que implica que no son muy exactos a la hora de predecir eventos excepcionales.
- Perspectiva sobre el precio de Bitcoin: 28/09
Ahora bien, en el caso de un activo tan nuevo y riesgoso como Bitcoin, el tono de seguridad incuestionable, a la hora de hacer predicciones, por parte de sus promotores más devotos es más una señal de inmadurez y fanatismo que de un análisis serio o de un destello de clarividencia. Lo que ocurre es que muchos bitcoiners hablan desde el corazón. Y venden una ilusión de certeza con la misma convicción que un fanático religioso predice el fin del mundo. Bitcoin, para muchos, se ha convertido en una fe. Muchos han encontrado una nueva identidad en el movimiento. Se trata de un fenómeno social, político e ideológico que va más allá de una mera inversión. En cosmovisiones de este tipo, la causa siempre triunfará. La historia, tarde o temprano, otorgará la victoria.