BeInCrypto - Las mujeres han sido ignoradas por sus logros en la tecnología desde sus inicios, literalmente. El ejemplo más famoso es el de Ada Lovelace, que desarrolló el primer algoritmo procesado por un ordenador en 1815, lo que la convirtió en la primera ingeniera de software de la historia. Aunque esto no es una noticia de última hora para ninguna mujer en STEM, la brecha en las oportunidades y el reconocimiento sigue dejando una mancha inquietante en la innovación tecnológica.
A día de hoy, los desarrollos tecnológicos potencialmente revolucionarios de la Web3 corren el riesgo de perpetuar este ciclo de exclusión de las mujeres de hacer contribuciones significativas. O, al menos, de que no se les pague la cuota que les corresponde por hacerlo.
Las mujeres toman el mando en Web3
Pero en este momento disruptivo es precisamente donde las mujeres pueden aprovechar la oportunidad de tomar protagonismo combinando los imperativos tecnológicos con las experiencias comunitarias. De hecho, los proyectos liderados por mujeres encabezan el esfuerzo por aprovechar la blockchain para crear beneficios sociales cerrando la brecha para aquellos que antes no podían participar en la adopción tecnológica emergente.
Blockchain tiene el potencial de cerrar las brechas financieras que causan la estratificación social y que impiden que los miembros de las comunidades marginadas adopten las nuevas tecnologías. Pero para ello es necesario educar y crear conocimientos financieros para que esos grupos puedan participar de forma significativa.
GUAP Coin, creado por Tavonia Evans, es uno de esos proyectos a la vanguardia del fomento del impacto social a través de la cadena de bloques. El propósito de GUAP es luchar contra la pobreza y proporcionar la liberación económica de las comunidades racializadas proporcionando formas alternativas de crear ecosistemas financieros. GUAP, que potencia a las personas a través de la autonomía financiera, utiliza una altcoin propia que puede utilizarse con su pasarela de pago, su monedero y su tarjeta.
Al situar la educación y la accesibilidad en el primer plano del proyecto, GUAP acerca a los grupos infrarrepresentados a sectores de los que antes estaban excluidos. Los resultados hablan por sí mismos: Más de la mitad de los nodos de protocolo de GUAP son operados por mujeres negras, un grupo demográfico que sólo representa el 3% de toda la mano de obra tecnológica.
Otro ejemplo de mujeres que fomentan el impacto social a través de la blockchain es Alakanani Itireleng, fundadora del Satoshicentre en Botsuana. Parte de la misión de Satoshicentre es ofrecer tutoría a jóvenes emprendedores, conectar las startups con los inversores y construir un centro definitivo de blockchain en África. También World of Women está construyendo una web3 inclusiva a través de su colección y comunidad NFT.
Las cuestiones más amplias de la “representación”
Vale la pena mencionar que repasar la lista de contribuciones que las mujeres ya han hecho en Web3 y en el universo cripto llevaría demasiado tiempo. Y en la “cultura de hermanos” (bro culture) que a menudo domina las comunidades tecnológicas y de startups, no habría diferencia en cuanto a si las mujeres han hecho uno o un millón de desarrollos para impulsar Web3.
Vale la pena mencionar que repasar la lista de contribuciones que las mujeres ya han hecho en Web3 y en criptografía llevaría demasiado tiempo. Y en la “cultura de hermanos” que a menudo domina las comunidades tecnológicas y de startups, no habría diferencia en cuanto a si las mujeres han hecho uno o un millón de desarrollos para impulsar Web3.
Animar a las mujeres a unirse a la industria del blockchain no sólo requiere crear un espacio para ellas, sino también arreglar la tóxica cultura de los colegas entre hombres mientras aún hay tiempo. Parte de este cambio requiere un rápido alejamiento de la tokenización de las mujeres en los espacios de blockchain para ganar puntos sociales de los ajenos. Sí, las mujeres son más activas que nunca en la tecnología y el blockchain, pero hacer que sus contribuciones se conozcan de forma clara y rotunda, sin minimizar su impacto, permitirá realmente un desarrollo tecnológico más equitativo en todos los ámbitos.
La lucha contra los prejuicios de género y otros prejuicios sociales no es responsabilidad exclusiva de los afectados por ellos. Corresponde a los que ya tienen el poder rendir cuentas y educar sobre cómo estos prejuicios son, en última instancia, perjudiciales para todos.
Tampoco se trata de un punto de vista exclusivamente social, ya que la promoción de las mujeres y otras identidades marginadas suele ser buena para los negocios. Los datos de la OCDE indican que el mayor porcentaje de empresas emergentes que sobreviven más de tres años y muestran un crecimiento constante son las que defienden el talento y el liderazgo de las mujeres.
La promoción de las mujeres y de otros grupos marginados en el sector de blockchain requiere algo más que palabrería y avatares de NFT inclusivos. La representación real significa ir más allá de lo superficial e integrar a las personas infrarrepresentadas en todas las etapas de la innovación. Es hora de que la Web3 y el desarrollo de las criptomonedas aprendan pronto esta lección.
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