Los activos digitales han sido desde la última década la mayor fuente de ataques, inversiones y sanciones. La aparición del Bitcoin en el 2008 cambió la vida de muchos, desde programadores hasta empresarios expertos y de gran renombre.
Por ello, miles de Startups alrededor del mundo empezaron a surgir, y con el auge que empezaron a tener las criptomonedas también empezaron a surgir los intentos de regulaciones por parte de las entidades estatales a niveles internacionales.
Un dato curioso pese a estos intentos de regulaciones, es que desde hace algún tiempo ya las nuevas Startups que surgen están más enfocadas en servicios financieros, lo que representa un riesgo real para el sistema financiero ortodoxo.
De esta manera el uso del Blockchain o contratos inteligentes ha tomado una especial relevancia. De hecho, recientemente la Junta de Estabilidad Financiera (FSB) por sus siglas en inglés, emitió un informe sobre las Stablecoins o activos digitales como se conocen, desarrollando las implicaciones para su regulación nacional e internacional.
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Con respecto a los activos digitales, pueden ser activos per se o pueden reflejar la propiedad de un activo subyacente. Por ejemplo, los registros electrónicos que son equivalentes a instrumentos negociables y papel electrónico de chattel serían activos digitales, al igual que una grabación electrónica de un interés de seguridad en el activo subyacente, como la grabación del título de propiedad real o personal y el uso de tokens para representan flujos de ingresos de activos líquidos, como patentes y bienes inmuebles comerciales (a veces denominados activos "tokenizados" o digitalizados).
Este boletín emitido el 14 de abril fue publicado bajo el carácter de un documento consultivo de la función reguladora internacional, que si bien la realiza la FSB no es vinculante. Sin embargo, es una publicación interesante, ya que sobre ella yace los intereses de los 20 gobiernos más poderosos del mundo.
El referido informe se basa en el particular caso de las monedas estables, entendiendo que el valor que las vincula esta fijada a uno o más valores externos a la criptomoneda en sí. Ello no significa que el informe en su contenido más abstracto representa una guía para la tan anhelada regulación de las criptomonedas, pues señala expresamente que las recomendaciones pueden ser aplicadas más allá de las stablecoins a cualquier criptomoneda o token...