El 21 de noviembre, el Grupo de Trabajo del Congreso de los Estados Unidos sobre Tecnologías Financieras celebró una audiencia sobre el papel de la Big Data en los servicios financieros.
La última legislación importante que se centró en el tema fue la Ley Gramm-Leach-Bliley de 1999, que formalizó las obligaciones de una empresa de servicios financieros para con los clientes, específicamente, la forma en que comparten la información de los clientes. Dada la expansión del campo durante los últimos 20 años, la postura del Grupo de Trabajo de Fintech el jueves fue la de una exploración temprana de opciones y oportunidades para una nueva e importante legislación.
El dilema actualObviamente, la situación ha cambiado notablemente desde 1999. Los servicios financieros son más accesibles que nunca. Los teléfonos inteligentes y las potentes aplicaciones gratuitas han puesto las capacidades financieras que antes estaban reservadas para los profesionales de la industria literalmente en manos de los consumidores cotidianos. La otra cara de la moneda, como el grupo de trabajo pareció reconocer, es que muchas de esas oportunidades financieras se acercan a los datos de los consumidores de manera depredadora. El viejo axioma "si no estás pagando por el producto, el producto eres tú" parecía enmarcar la conversación.