A primera vista parece obvio: el trabajo remoto, Bitcoin y Web3 están relacionados con Internet. Incluso aquellos que ni siquiera saben o no entienden completamente qué es Web3 llegarán a esta conclusión. Pero hay más de lo que parece cuando hablamos de lo que conecta estos conceptos.
Bitcoin inaugura este concepto de Web3 (aunque antes de Bitcoin ya se hablaba de la Web 3.0, la Web Semántica; las diferencias y concordancias entre ambos, es por sí sola un tema para otro texto), que es tanto un medio físico como una red virtual, que une intereses dentro y fuera de Internet, que une a las personas en nombre de una tecnología y sus posibles consecuencias. También es una red sin un punto central, sin un “admin”, osea, sin una persona o un grupo que tenga el poder de decisión sobre el destino de la red.
Hay un incentivo en la red de Bitcoin para que todos colaboren sin depender de la confianza entre los miembros. Sin siquiera depender de la naturaleza de los involucrados, tanto los malintencionados como los bien intencionados quieren y dedican sus esfuerzos al buen funcionamiento de la red. Nadie quiere que el valor y la funcionalidad se vean comprometidos (ver Problema de los generales bizantinos).