Xavier Fontdeglòria
Pekín, 10 abr (EFE).- El volumen del comercio exterior de China cayó un 9 por ciento en marzo, un dato por debajo de las expectativas y que evidencia la desaceleración de la segunda economía mundial durante el primer trimestre del año, que podría ser más pronunciada de lo esperado por Pekín.
Los datos publicados hoy por la Administración General de Aduanas muestran que las exportaciones disminuyeron por segundo mes consecutivo, un 6,6 por ciento, mientras que las importaciones descendieron un 11,3 por ciento, la cifra más baja en trece meses.
A pesar de la caída interanual, la primera potencia exportadora mundial mantuvo un superávit comercial en su balanza de pagos de cerca de 7.700 millones de dólares o 5.559 millones de euros, debido a que el descenso de las importaciones prácticamente dobló la que sufrieron las exportaciones.
La gran caída interanual del comercio exterior se puede explicar, en parte, porque los datos de los primeros meses de 2013 fueron excesivamente altos debido a que las compañías chinas utilizaron los canales comerciales para evitar los controles de capitales y mover dinero desde y hacia la China continental.
Si bien las autoridades tomaron medidas para atajar el problema y eso dificulta la comparación interanual, lo cierto es que los datos de marzo y los acumulados durante los primeros tres meses del año presentan indicios de que la segunda economía mundial experimenta una desaceleración.
De hecho, hasta marzo el volumen de comercio exterior ha disminuido un 1 por ciento con respecto al primer trimestre de 2013, una cifra que está muy lejos del objetivo que estableció el Gobierno en este ámbito para 2014, un crecimiento del 7,5 por ciento.
El retroceso del comercio se suma a otros indicadores que, desde inicios de 2014, han estado por debajo de lo esperado por los analistas, como la producción industrial (creció un 8,6 por ciento entre enero y febrero frente al 9,7 por ciento de media en 2013) o el Índice de Gerente de Compras -termómetro de la actividad industrial del país-, que se ha estancado durante los dos últimos meses.
Tales resultados han alimentado las especulaciones de los inversores de que las autoridades chinas podrían relajar la política fiscal y monetaria de forma contundente para impulsar el crecimiento económico, como se ha hecho en ocasiones anteriores cuando la segunda economía mundial se ha enfrentado a dificultades.
Pero, hasta el momento, Pekín se ha resistido a llevar a cabo medidas de estímulo económico de calado y solamente ha decidido extender la desgravación fiscal a las micro empresas o un nuevo plan de inversión en el sector del ferrocarril, algo que se presentó la semana pasada como un "mini-plan" de estímulo.
Hoy, durante el discurso inaugural del Foro Económico de Boao, en la isla de Hainan (sur del país), el primer ministro, Li Keqiang, insistió en que China no recurrirá a políticas de estímulo "contundentes" a corto plazo, ya que, a su juicio, "la economía del país ha experimentado un crecimiento bueno y estable durante los primeros meses del año".
"Vamos a prestar más atención a un desarrollo a medio y largo plazo y menos en las fluctuaciones temporales", aseguró el primer ministro, que desde que llegó al poder hace un año ha abogado por el cambio de modelo económico del país y la puesta en marcha de reformas pro-mercado, unos cambios que han mermado la tasa de crecimiento de la República Popular.
China se ha marcado para este año un crecimiento del 7,5 por ciento -en 2013 su PIB aumentó un 7,7 por ciento-, aunque hoy Li volvió a hacer hincapié en que este objetivo es "indicativo".
De hecho, varios líderes chinos han quitado importancia a la tasa de crecimiento en sí para fijarse en otros indicadores como el nivel de precios o el empleo, garantes de la estabilidad social en China.
La Oficina de Estadísticas de China anunciará el 16 de abril el crecimiento del PIB durante el primer trimestre del año, momento en el que se podrá confirmar si realmente la segunda economía mundial se mantiene -o no- dentro del intervalo de crecimiento considerado como "aceptable".