Pekín, 2 mar (EFE).- La agencia de calificación Moody's rebajó hoy su perspectiva sobre la deuda del Gobierno chino de "estable" a "negativa", debido en parte a la incertidumbre sobre la capacidad de las autoridades para ejecutar las reformas económicas.
En un comunicado, Moody's justifica su decisión sobre todo en tres circunstancias, empezando por el actual y futuro debilitamiento de los parámetros fiscales, como se refleja en el aumento de la deuda.
Desde que el Gobierno chino puso en marcha un gigantesco plan de estímulo de 4 billones de yuanes (562.000 millones de euros, al cambio actual) para eludir la crisis financiera internacional de 2008, la deuda pública y privada del país se ha cuadruplicado.
Según los cálculos de la consultora McKinsey, el total de la deuda alcanza ya un 280 % del producto interior bruto (PIB) nacional.
Moody's cita también el continuado descenso de las reservas debido a la fuga de capitales y, por último y en resumen, aduce la incertidumbre sobre la capacidad de las autoridades de lograr ejecutar a tiempo las reformas para gestionar los desequilibrios de la economía china.
No obstante, la agencia ha decidido mantener la nota de solvencia "Aa3" de la deuda soberana de China, ya que dice que considera que el país tiene los suficientes "amortiguadores" para poder afrontar los retos fiscales y la fuga de capitales mientras implementa las reformas.
La decisión de Moody's de rebajar a "negativa" la perspectiva sobre la deuda de China se produce en un momento delicado, apenas tres días antes de que comience el sábado la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP), el Legislativo chino.
En su apertura los dirigentes chinos revelarán, como es costumbre, el objetivo de crecimiento del país para 2016, después de que la economía china creciera un 6,9 % en 2015, su ritmo más bajo del pasado cuarto de siglo.
La ANP también votará el decimotercer plan quinquenal del país, la hoja de ruta de las medidas económicas chinas para los próximos cinco años, y que los legisladores perfilan hasta el último momento.
La calificadora indica hoy que China se enfrenta al riesgo de perder credibilidad sobre sus políticas y su eficiencia de no implementar las reformas, pero dice que podría volver a catalogar su perspectiva como "estable" en el futuro si concluyen que las medidas impulsadas por Pekín pueden superar los retos planteados.
También indica que una moderación de la fuga de capitales en consecuencia de una mejora de la confianza en las políticas y la economía china, así como del avance de las reformas, sería "consistente" con volver a la calificación anterior.