París, 13 oct (EFE).- Los impuestos que gravan la contaminación
son los mejores instrumentos para favorecer la innovación
medioambiental, según la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE), que aconseja a los gobiernos establecer
una fiscalidad elevada en este terreno.
"Los ciudadanos y la industria reaccionan a los impuestos
ecológicos cambiando su comportamiento, en especial si el Gobierno
da una señal fuerte de que tiene intención de mantener unas tasas
fiscales y un precio de las emisiones de carbono a niveles elevados
a largo plazo", sentencia la OCDE en un informe publicado hoy.
De acuerdo con las conclusiones del estudio, la fiscalidad es
mejor incentivo para reducir la contaminación y a un coste inferior
que otros dispositivos como las regulaciones sobre la intensidad de
las emisiones o las prescripciones de una u otra tecnología.
Dentro de la OCDE, las diferencias de la fiscalidad ecológica son
notables, y así en 2008 frente a una media ligeramente por encima
del 1,5% del Producto Interior Bruto (PIB), en países como Holanda y
Dinamarca esos impuestos representaban más del 4% y en Turquía e
Israel más del 3%.
En el otro extremo, México se desmarca de todos los otros Estados
por las subvenciones a la compra de carburante, que llegaron a
representar ese año un 1,8% del PIB.
Al margen de este caso excepcional, el menor peso de la
fiscalidad ecológica se daba en Estados Unidos (inferior al 0,8% del
PIB), Chile, Canadá y Nueva Zelanda (en torno al 1%), Japón, España,
Francia y Australia (entre el 1,5% y el 1,8%).
La OCDE pone varios ejemplos de políticas fiscales que han
promovido la innovación medioambiental, como los altos precios del
agua en Israel, la introducción en Suecia de un impuesto por las
emisiones de NOx (óxidos de nitrógeno) o el dispositivo sobre el
cambio climático en el Reino Unido, que permite a las empresas que
presentan patentes en este campo reducir el tipo impositivo.
Pone el acento en que "el medio ambiente es un área en que la
innovación es crucial, al afectar desde la contaminación local del
agua a los sistemas energéticos nacionales y al cambio climático
global".
"Para conseguir un futuro más verde, necesitamos nuevas
tecnologías que puedan reducir el costo de salvar el planeta",
subraya el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría. EFE