Lisboa, 15 abr (EFE).- La presión sobre la deuda soberana de Portugal evoluciona a la baja tras amagar con dispararse hace justo una semana, después de un revés judicial a los ajustes del Gobierno que han obligado a la troika a volver a visitar Lisboa.
Precisamente hoy, cuando los técnicos de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional inician sus reuniones con las autoridades lusas, la rentabilidad exigida por los inversores para comprar títulos portugueses bajaba en todos los plazos.
A diez años, el plazo utilizado habitualmente como referencia, la cotización era del 6,27 % de interés, ligeramente por debajo de la tasa a la que cerró el viernes en el mercado secundario -donde se compra y vende la deuda adquirida en subasta pública-.
Hace una semana, en la primera sesión después del fallo del Tribunal Constitucional, la penalización por estos mismos títulos subió hasta el 6,5 %, aunque desde entonces registra una tendencia a la baja.
Los analistas del Royal Bank of Scotland (RBS), advirtieron el viernes en una nota dirigida a los inversores de que el mercado había "exagerado" en su reacción sobre el impacto de la sentencia en las perspectivas financieras lusas y recomendaron a sus clientes comprar obligaciones portuguesas.
A dos años, la deuda lusa batía hoy un nuevo mínimo desde septiembre de 2010 al venderse aun interés del 2,8 %, cinco décimas menos que el lunes 8 de abril.
Los títulos a cinco años, por su parte, se intercambiaban hoy al 5 % de rentabilidad, tres décimas menos que hace justo siete días.
De esta forma, la presión sobre la deuda portuguesa sigue evolucionando favorablemente para los intereses del país, que espera volver a emitir obligaciones con normalidad en los próximos meses, tras dos años, desde que solicitó el rescate financiero, sin hacerlo. EFE