Santiago de Chile, 5 dic (EFE).- El Ferrocarril metropolitano de Santiago de Chile paralizó hoy sus servicios por primera vez desde su inauguración, en 1975, en el marco de una huelga que unos 700 conductores de trenes mantienen desde el pasado lunes, en el marco de la negociación de un nuevo contrato colectivo.
Durante la semana, la empresa manejó la huelga con un plan de contingencia que incluyó conductores de reemplazo y el cierre de una línea en el sector sur de la capital chilena, pero hoy decidió paralizar completamente sus servicios.
La medida afecta a unas 680.000 personas que utilizan el Metro los días domingos, un 70 por ciento menos que la cantidad que la red moviliza los días laborales, según dijo a los periodistas Álvaro Caballero, gerente comercial de la empresa.
"Lamentamos los inconvenientes que esta medida implica para nuestros usuarios, pero es necesaria para garantizar un buen servicio durante la semana", afirmó.
Mientras las conversaciones para resolver la huelga se mantienen también paralizadas, la empresa dispuso una red de autobuses "clones" para atender la demanda, con recorridos que emulan el tendido de las diversas líneas del Subterráneo y con detenciones en las distintas estaciones de la red.
Caballero, dijo que también están abiertas las diecisiete estaciones consideradas principales para que los usuarios puedan recargar sus tarjetas "Bip", sistema de pago electrónico que se utiliza indistintamente en el Metro o en el transporte de superficie.
"Estas estaciones las hemos seleccionado porque son las que se dan el mayor número de transacciones de carga (de tarjetas Bip), precisó Caballero, que aseguró que el lunes el servicio será normal y se reabrirá también la línea que permaneció cerrada durante la semana.
En tanto, Mario Acuña, presidente del Sindicato que está en huelga, aseveró que el plan de contingencia dispuesto por la empresa tiene un valor económico más alto que lo que costaría acceder a la propuesta de los trabajadores, de una subida salarial del 1,5% anual en los próximos cuatro años.
Acuña consideró, en declaraciones a radio Cooperativa" "devastador" para los trabajadores que sea una empresa estatal la que afronte de esa manera un conflicto laboral.
"Están movilizando una cantidad de dinero exorbitante para enfrentar este conflicto (...), toda la plata que se ha despilfarrado para enfrentarnos, de sobra habría pagado las mejoras para los trabajadores subrayó. EFE