La Paz, 19 jun (EFE).- El presidente de Bolivia, Evo Morales, retrocedió hoy en su decisión de vetar la circulación de vehículos de servicio público con más de doce años de antigüedad, para tratar de impedir una huelga indefinida de chóferes que empezará mañana.
El ministro de la Presidencia, Carlos Romero, anunció que Morales firmó un decreto que reforma en parte otro anterior que prohibía desde 2018 los vehículos viejos para el transporte de pasajeros.
Según los sindicatos de chóferes, eso eliminaba más del 90 % de los autos del servicio público y los condenaba al desempleo.
Para evitar huelgas y protestas callejeras, en los últimos meses Morales se ha retractado de varias normas que dictó, entre ellas la del llamado "gasolinazo", el alza del costo de los combustibles hasta en un 82 % que tuvo que retirar en diciembre pasado.
Las retractaciones no evitaron que desde principio de año más de la mitad de los bolivianos repruebe su gestión, según las encuestas.
Poco antes de que Morales diese hoy marcha atrás, el secretario ejecutivo de la Confederación de Chóferes de Bolivia, Franklin Durán, que dice contar con 167.000 afiliados, aseguró a Efe que se ratifica la huelga porque piden la derogación del decreto y no su reforma parcial.
"No creo que haya opción de levantar (el paro) porque todo ha sido preparado", declaró Durán, y señaló que la huelga será acompañada por bloqueos en ciudades y carreteras.
Los chóferes sindicalizados también rechazan una ley de Morales que legalizó decenas de miles de autos que entraron al país de contrabando, buena parte de ellos robados en países vecinos. EFE