Pekín, 12 sep (.).-El economista jefe del Banco Popular de China (central), Ma Jun, reclamó hoy medidas para frenar la "burbuja" inmobiliaria que se está gestando en la segunda economía mundial y reducir la financiación a las empresas públicas ineficientes.
"Deberían tomarse medidas para poner freno a la excesiva expansión en la burbuja del sector inmobiliario, deberíamos parar la excesiva financiación hacia ese sector", afirmó Ma, en una entrevista publicada por el diario oficial Noticias de Negocios de China.
En las grandes ciudades chinas como Pekín, Shanghái, Cantón y Shenzhen, los precios de la vivienda nueva llevan meses subiendo en cifras de dobles dígitos respecto al año pasado, mientras que en la mayoría del resto de principales urbes del país también crecen, pero a un ritmo más moderado.
El sector inmobiliario chino, que se enfrió notablemente entre 2014 y la primera mitad de 2015, recuperó el impulso en la segunda mitad del ejercicio pasado y continúa dando señales de dinamismo en lo que va de 2016.
Estos indicios, en todo caso, resultan difíciles de calibrar porque las autoridades no publican cifras estatales de variación de precios de la vivienda y se limitan a informar de su evolución en las 70 mayores ciudades del país.
Además, el economista jefe del banco central chino también pidió que se aminore el flujo de "dinero barato" dirigido hacia las empresas estatales menos competitivas, que se permita la quiebra de algunas de ellas y que se deje que sea el mercado el que determine los costes de la financiación en el gigante asiático.
El experto señaló la necesidad de frenar el ritmo de endeudamiento de las empresas del país, así como de buscar caminos para rebajar esa deuda, sobre la que ya puso la alerta el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su último informe anual sobre la economía china.
Al mismo tiempo, Ma advirtió de que el gigante asiático no puede reducir sus niveles de endeudamiento demasiado rápido, ya que se arriesga a que, como consecuencia, se ralentice más la marcha de la economía -que ya crece al ritmo más lento del último cuarto de siglo- y se pierdan puestos de trabajo.
El FMI y otras instituciones financieras han avisado de los riesgos que implica el fuerte crecimiento del crédito, que atribuyen a los estímulos monetarios adoptados por el banco central desde finales de 2014, en un país donde muchas empresas ya están lastradas por problemas de deuda.
El Banco Popular (MC:POP) realizó seis bajadas de tipos de interés y otras cinco de coeficientes de caja -reservas que los bancos están obligados a no prestar- ente noviembre de 2014 y octubre de 2015.
Desde entonces, sin embargo, evitó más intervenciones de este tipo y optó por recurrir a inyecciones de liquidez para estimular el crédito y revitalizar la economía.