Madrid, 15 abr (.).- El abaratamiento de los carburantes y, en menor medida, de la electricidad moderaron la inflación interanual en marzo hasta dejarla plana (0,0 %), marcando así la tasa más baja en los últimos casi cuatro años.
El índice de precios de consumo (IPC) se moderó siete décimas respecto al crecimiento interanual de febrero, según los datos publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE), rompiendo así con el crecimiento que había experimentado la cesta de la compra desde agosto de 2016 (menos 0,1 %).
El INE señala que la calidad de los datos recogidos es similar a la habitual pese a que parte de la cesta de la compra del IPC no está disponible desde la declaración del estado de alarma (15 de marzo), que supuso el cierre de toda la actividad comercial salvo la alimentación y farmacia.
No obstante, añade que la emergencia sanitaria sí tendrá consecuencias en la recogida de precios y el cálculo del IPC de abril, por lo que está trabajando con Eurostat y otros institutos de estadística de la UE en medidas metodológicas comunes que permitan disponer de un indicador de calidad.
A la baja de los precios tiraron el transporte -con una caída de precios del 2,4 %, frente al alza del 1,8 de febrero-, por el abaratamiento de los carburantes tanto para el transporte personal como para el aéreo de pasajeros, y la vivienda -con un descenso del 4,8 %, un punto más que en febrero- por la electricidad y el del gasóleo para calefacción.
Los precios del ocio y cultura se mantuvieron sin cambios en marzo, frente al alza del 0,4 % de febrero, por el abaratamiento de los paquetes turísticos, mientras que los de servicios recreativos y deportivos subieron más; en tanto que hoteles, cafés y restaurantes moderaron tres décimas su alza, hasta el 1,9 %.
Por el contrario, los alimentos y bebidas no alcohólicas subieron el 2,5 %, cinco décimas más que en febrero, debido al encarecimiento del pescado y marisco y al menor abaratamiento de las legumbres y hortalizas.
Las comunicaciones elevaron sus precios un 0,7 %, frente al descenso del mes pasado, por la subida de los servicios de telefonía y fax, frente a la estabilidad registrada el año anterior.
Los componentes de la cesta de la compra que más se han encarecido en el último año son la joyería y bisutería (12,4 %), el pescado fresco (8,9 %), la carne de porcino (8,3 %), la carne seca o ahumada (6,9 %) y el azúcar (6,8 %).
Por el contrario, los que más se han abaratado han sido los combustibles líquidos (17,7 %), la electricidad (14,2 %), el aceite de oliva (12,0 %), soportes informáticos como discos duros externos o USB (9,4 %) y el gasóleo (9,3 %).
Durante el mes de marzo, los precios bajaron el 0,4 %, marcando así el mayor descenso de la tasa mensual del IPC en un mes de marzo desde 1961.
En tasa anual y sin tener en cuenta los elementos más volátiles de la cesta de la compra (energía y alimentos frescos), la inflación subyacente se mantuvo en el 1,1 %, con lo que se sitúa más de un punto por encima de la del IPC general.
Este mantenimiento de la inflación subyacente (que recoge el 80 % de bienes y servicios de la economía) en los niveles de febrero, indican, a juicio de UGT, que los datos de marzo "aún no están captando todos los efectos de la crisis del coronavirus, algo que, seguramente, se verá reflejado en el mes de abril".
Para CCOO, esta moderación de la inflación "es reflejo de la debilidad de la demanda interna, hibernada durante la actual crisis sanitaria y que seguirá debilitada durante los próximos meses", una previsión con la que coincide la patronal.
La CEOE cree que, en los próximos meses y en línea con la evolución de los precios del petróleo, se espera una significativa moderación de la inflación, que llegará a alcanzar tasas negativas, aunque dependerá de la evolución de esta materia prima y de los efectos sobre la actividad económica derivados de la extensión temporal de la crisis del coronavirus.
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