Tokio, 18 mar (.).- El Banco de Japón (Boj) inició hoy su reunión de dos días sobre política monetaria, en la que se analizarán los efectos de su estrategia de estímulos que incluye tipos de interés negativos, aunque no se esperan cambios significativos en la misma.
La junta de política monetaria del banco central nipón revisará la amplia estrategia de flexibilizadora que tiene en marcha desde hace ocho años, a la que se han sumado desde el año pasado ajustes destinados a mitigar el impacto de la pandemia de coronavirus en la tercera economía mundial.
Los analistas no prevén que el BoJ se decante por modificar esta estrategia, dirigida a alcanzar una inflación interanual del 2 %, aunque el gobernador de la entidad, Haruhiko Kuroda, ha manifestado en varias ocasionas su disposición a tomar "medidas adicionales" o "ajustes adicionales" para lograr esa meta que continúa lejana.
El programa de flexibilidad monetaria incluye una tasa del -0,1 % para los depósitos a corto plazo de las entidades financieras en el banco central, así como fijar el rendimiento del bono estatal a diez años alrededor del 0 %.
Los otros pilares de la estrategia de estímulos del instituto emisor nipón son la compra ilimitada de bonos públicos y la adquisición de fondos de inversión cotizados (ETF) a un ritmo anual de 12 billones de yenes (98.000 millones de .159 millones de dólares).
El mantenimiento de la política flexibilizadora del BoJ iría en línea con la estrategia de otras entidades de referencia como el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal estadounidense (Fed), que por ahora no dan señales de querer poner freno a sus programas de estímulo.
En la víspera, el presidente de la Fed, Jerome Powell, aseguró que "probablemente" no habrá una subida de las tasas de interés en la primera economía mundial, actualmente en el rango de entre el 0 y el 0,25 %, hasta 2023, al término de su reunión de política monetaria de dos días.
El banco central estadounidense rebajó de manera abrupta los tipos de interés de referencia en torno a 0 % con la llegada de la pandemia en marzo de 2020 y ha llevado a cabo multimillonarias inyecciones de liquidez a través de la compra de deuda, medidas equiparables a las que ha puesto en marcha el BoJ.