Berlín, 6 jun (.).- La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha ofrecido en una entrevista en el diario "Handelsblatt" más tiempo a los acreedores de Grecia para que accedan al alivio de la deuda helena que exige para aportar su contribución al rescate.
La oferta compra algo de tiempo y está dirigida especialmente a Alemania, que quiere a toda costa evitar un nuevo debate sobre Grecia antes de las elecciones de otoño, aunque no resuelve el fondo de la disputa que mantienen el FMI y Berlín en torno al tercer rescate griego, de hasta 86.000 millones de euros, desde hace meses.
"Si los acreedores no están aún en disposición en este momento de alinearse con nuestras asunciones, si necesitan más tiempo para llegar a ese punto, podemos reconocer eso y darles un poco más de tiempo", asegura Lagarde en la entrevista.
De esta forma, prosigue la directora gerente del FMI, la institución puede estar en el programa, satisfaciendo al Gobierno alemán, que presionó desde el primer momento para que en el tercer rescate heleno también estuviese presente la institución multilateral.
No obstante, agregó Lagarde, el desembolso de la parte del rescate correspondiente al FMI "sólo tendrá lugar una vez que la reestructuración de la deuda esté claramente articulada por los acreedores".
Esto es, que la institución mantiene su criterio de que la deuda griega, que equivale actualmente al 180 % del producto interior bruto (PIB), es insostenible y que la presión financiera sobre Atenas debe rebajarse.
"Nuestra conclusión con total integridad intelectual es que el alivio de la deuda es necesario", indicó la directora gerente del FMI.
Este alivio, para la institución monetaria, "no implica una quita", pero sí "extensiones significativas" de los períodos de maduración de la deuda helena o retrasos en el pago de intereses, explicó Lagarde.
La propuesta puede evitar que la cuestión griega irrumpa en la campaña electoral de Alemania, que celebra comicios generales el 24 de septiembre, pero no ataca el núcleo de la disputa que mantienen desde hace meses el FMI y los acreedores, que ha impedido el cierre de la segunda revisión del rescate pese a que Atenas ha aplicado todas las reformas exigidas.
La institución dirigida por Lagarde defiende que la deuda griega explotará si no se concede al Gobierno heleno un mayor alivio y pide a los europeos especificar cómo descargar a Atenas, mientras que en Bruselas y, en particular Berlín, se niegan a cualquier tipo de quita y se aferran a lo acordado en 2016, cuando se fijó que la reestructuración se fijaría solo al final del rescate, y si era necesaria.