Natalia Kidd
Buenos Aires, 14 ene (EFE).- Las versiones contrapuestas sobre el
embargo que un juez de Estados Unidos dictó sobre fondos del Banco
Central argentino alimentaron hoy el culebrón sin fin desatado hace
una semana entre el Gobierno argentino y la autoridad monetaria por
el uso de reservas para el pago de deudas.
En lo que parecía ser una victoria para el Gobierno de Cristina
Fernández frente a los denominados fondos "buitres" que litigan
contra Argentina para cobrarse sus deudas, el secretario de Finanzas
argentino, Hernán Lorenzino, anunció hoy que el juez de Nueva York
Thomas Griesa suspendió temporalmente el embargo dispuesto el
martes.
Sin embargo, horas después portavoces del Banco Central
aseguraron a Efe que la cuenta de la entidad en Nueva York con 1,7
millones de dólares continuaba hoy inmovilizada, pues el embargo
solicitado por los fondos de inversión Elliot y Dart seguía en pie.
Mientras, desde el juzgado de Griesa en Nueva York, el único que
podría echar luz sobre la verdad, no se mostraron dispuestos a
aclarar el entuerto.
Fuentes del tribunal neoyorquino admitieron a Efe que el juez
introdujo cambios en la orden de congelación de activos del Banco
Central de Argentina, aunque aún no han sido hechos públicos por la
corte, y rechazaron ofrecer más detalles sobre este espinoso tema.
Según la versión de Lorenzino, rajo su medida por unos días hasta
que las partes lleguen a un acuerdo".
Pero según portavoces del Banco Central consultados por Efe, la
causa abierta en Estados Unidos "no registró ninguna novedad" hoy,
"la cuenta sigue congelada, por lo cual el embargo sigue vigente".
No obstante, desde la entidad se mostraron "optimistas" en cuanto
a la resolución del tema.
"Una vez pasado el plazo de 48 horas que dispuso este miércoles
el juez para que las partes acerquen más pruebas y argumentos,
entendemos que el embargo va a ser anulado", señalaron.
Elliot y Dart han optado por la vía judicial para intentar cobrar
el 100 por ciento de sus tenencias en bonos argentinos que entraron
en mora en 2001, en medio de una severa crisis económica.
Argentina reestructuró la mayor parte de esas deudas en 2005,
pero acreedores con bonos por 20.000 millones de dólares quedaron
por propia voluntad fuera de aquella operación, entre ellos varios
acreedores institucionales que acudieron al juzgado de Griesa,
calificado como "embargador serial" por el Gobierno argentino.
A estos inversores que quedaron fueron del canje de 2005 está
destinada una nueva propuesta de reestructuración que Buenos Aires
insiste lanzará en breve, pese a la turbulencia financiera que se
generó la semana pasada por las desavenencias entre el Gobierno y el
Banco Central.
"El canje está previsto y se hará de tal manera que no sea
afectado por ninguna medida impulsada por los fondos buitres",
aseguró Lorenzino.
Tras el anuncio sobre la eventual suspensión del embargo, los
títulos públicos argentinos recuperaron parte del terreno perdido en
los últimos días.
El precio del dólar, en tanto, se mantuvo estable, en una muestra
de que la política de intervención del Banco Central en el mercado
de cambios no ha variado.
Sin embargo, puertas adentro del instituto emisor el clima es
caliente: hoy hubo una nueva reunión entre el presidente del Banco
Central, Martín Redrado, y el directorio de la entidad, que
mayoritariamente responde al Gobierno argentino.
Por mayoría, el directorio resolvió que Redrado tendrá que
notificarle cada vez que viaje al exterior en representación de la
entidad.
Portavoces del Banco Central aclararon a Efe que esa disposición
también alcanza a los miembros del directorio y subrayaron que
"Redrado tiene plena representación del Banco porque es su
presidente".
El Gobierno había logrado ya recortar el poder de Redrado en el
control de la mesa de dinero de la entidad e insiste por todos los
medios que deje de ser un "okupa" del banco.
En la reunión no se abordó el espinoso asunto del Fondo del
Bicentenario, cuya creación dispuso por decreto en diciembre pasado
la presidenta Fernández.
La polémica estalló la semana pasada cuando Redrado se negó a
habilitar el uso de 6.569 millones de dólares de las reservas
monetarias para crear ese fondo, con el que se busca cancelar deudas
de Argentina en 2010, y Fernández decidió cesarle por decreto.
Ambos decretos presidenciales desataron una fuerte puja entre el
oficialismo y la oposición en los pasillos de los Tribunales y del
Parlamento, especialmente después de que la jueza María José
Sarmiento los suspendiera el pasado viernes.
En el terreno judicial, el Gobierno denunció hoy penalmente por
"estafa procesal" a la jueza Sarmiento por hacer lugar a las
presentaciones en contra de los decretos presidenciales hechas por
el jefe del bloque de la conservadora Propuesta Republicana en la
Cámara de Diputados, Federico Pinedo, a quien también denunció bajo
el mismo cargo. EFE