Sara Puig
Nueva Delhi, 19 feb (EFE).- Tras registrar una frenética
actividad en los últimos años, el sector portuario de la India
afronta un difícil momento pues la crisis económica ha causado una
disminución del tráfico marítimo en sus costas y de la inversión
extranjera, que hasta ahora impulsaban su desarrollo.
Los puertos, situados a lo largo de los 7.517 kilómetros de costa
que tiene el gigante asiático, desempeñan un papel clave en la
evolución de la economía india, debido a que el 95 por ciento del
volumen del comercio del país y el 70 por ciento de su valor se
desplazan por las rutas marítimas.
En el año fiscal 2007-2008, los 12 mayores puertos -entre ellos
los de Chennai, Tuticorin (en el sur), Bombay y Jawaharlal Nehru
Port Trust (oeste)- trasegaron 519,3 millones de toneladas en
mercancías, volumen que se situó en 391,8 millones en los nueve
primeros meses del siguiente ejercicio (hasta finales de diciembre).
La saturación de las infraestructuras delató el paupérrimo estado
de las instalaciones y la lentitud de los procesos de carga y
descarga, lo que obligó al Gobierno a estimular la entrada de
capital extranjero para elevar su nivel de competitividad.
El Ministerio de Transporte Marítimo elaboró en 2006 el Programa
Nacional de Desarrollo Marítimo (NMDP), que prevé una inversión de
558.000 millones de rupias (12.000 millones de dólares, al cambio de
hoy) hasta 2012 en la modernización de los puertos, con 276
proyectos sólo para los de mayor capacidad.
"Los recursos marítimos y oceánicos, el diseño y la construcción
naval, los puertos y bahías, todo lo relacionado con los recursos
humanos, la financiación y las nuevas tecnologías necesitan ser
desarrollados ante el escenario emergente", observó el ministerio.
El objetivo es ampliar o construir nuevas terminales
-principalmente de contenedores- para dar cabida a más buques,
modernizar los vehículos de carga y también los sistemas de registro
para agilizar los trámites, que tardan entre tres y cinco días
(frente a las 4-6 horas que llevan en Singapur o Hong Kong).
También prevé ampliar la red de carreteras que conectan los 12
principales puertos y los 200 secundarios que tiene la India con las
ciudades más importantes del país.
"La India se implicó mucho en el desarrollo de sus puertos debido
al auge del comercio internacional. Ablandó sus leyes para eliminar
las fuertes restricciones", explicó a Efe el consejero de la Oficina
Económica y Comercial de España en Bombay, Erik Rovina.
"Pero ahora la mayoría de los proyectos están estancados por los
efectos de la crisis económica. El tráfico marítimo ha descendido y
los puertos operan con normalidad. Ya no se vive esa sensación de
saturación", añadió.
Según las previsiones de la Oficina Económica y Comercial
española, el Gobierno indio sólo participará con un 10 por ciento en
el desarrollo de los puertos, dejando en manos del capital
extranjero el futuro del sector.
Una de las empresas que ha apostado por invertir es la española
Duro Felguera, que firmó la semana pasada su segundo contrato por
valor de 21 millones de dólares con una compañía local para el
suministro y montaje de la terminal de carbón del puerto de
Krishnapatnam, en el estado suroccidental de Andhra.
Pese al contexto de crisis global, la directora de la consultoría
española inQuve, Carolina Rius, con sede en Nueva Delhi, consideró
que "ahora es un buen momento para posicionarse en la India a través
de alianzas estratégicas con empresas locales".
"Como todos los países en vías de desarrollo, la India ofrece
muchas oportunidades a las empresas de infraestructuras para
presentarse a concursos y desarrollar proyectos", dijo Rius a Efe.
El Puerto de Gijón también hizo su entrada en el mercado indio
con la firma en 2009 de un convenio de hermanamiento con el de
Tuticorin, en Tamil Nadu (sur).
La formación de expertos es otra de las prioridades que la India
se ha marcado para modernizar el sector: en diciembre de 2008, el
Gobierno dio el primer paso con la inauguración de la Universidad
Marítima de la India en Chennai.
"La India está a años luz de conseguir su objetivo. Sus vecinos
China y Japón concentran el 85 por ciento de los astilleros del
mundo", repasó Rovina.
"Pero si la situación se recupera, el país puede ser competitivo
en pocos años gracias al bajo coste de la mano de obra", abundó. EFE