Washington, 1 dic (EFE).- El consejero delegado de General Motors
(GM), Fritz Henderson, dimitió hoy tras ocho meses al frente del
mayor fabricante de automóviles de Estados Unidos, que han estado
marcados por la quiebra de la compañía y los roces con su consejo de
administración.
El encargado de anunciar la inesperada renuncia de Henderson fue
el nuevo hombre fuerte de General Motors, Ed Whitacre, el presidente
del Consejo de Administración nombrado por la Casa Blanca después de
que la empresa se declarase en quiebra en mayo y que en las últimas
semanas se ha revelado como el timonel del fabricante.
"Fritz ha hecho un trabajo notable en liderar la compañía durante
un periodo sin precedentes de dificultades y cambio. Aunque en los
últimos meses se ha ganado impulso, todos los implicados estábamos
de acuerdo que eran necesarios cambios", afirmó Whitacre durante una
conferencia de prensa celebrada en Detroit.
Whitacre, antiguo presidente ejecutivo de AT&T, añadió que GM ha
empezado de forma inmediata "una búsqueda internacional para un
nuevo consejero delegado" y que mientras se encuentra a la persona
apropiada, él asumirá el puesto ejecutivo además de la presidencia
del Consejo de Administración.
Sin aceptar preguntas de los periodistas convocados a la rueda de
prensa, Whitacre añadió: "quiero asegurar a todos nuestros
empleados, concesionarios, proveedores, sindicatos y sobre todo, a
nuestros clientes, que las operaciones diarias de GM seguirán de
forma normal".
"Estoy más convencido que nunca que nuestra compañía está en el
camino adecuado", terminó señalando el nuevo líder de GM, quien
añadió: "ahora necesitamos acelerar nuestros progresos".
Con Henderson ya son dos los consejeros delegados de General
Motors que la crisis de la compañía, y por ende del sector, se ha
devorado en el 2009.
Primero le tocó el turno a Rick Wagoner, quien durante años
resistió en el puesto de consejero delegado e hizo sordos a los
numerosos críticos que recomendaron que GM siguiera el camino
marcado por Bill Ford en Ford, traer un ejecutivo de fuera del
sector capaz de reestructurar la empresa.
Wagoner se pudo desembarazar en el 2006 del inversor Kirk
Kerkorian y sus pretensiones de vincular GM con Renault-Nissan para
colocar al frente de la compañía a Carlos Goshn.
Pero no pudo resistir a la Casa Blanca a principios de este año
cuando era claro que la única garantía de supervivencia de la
compañía eran las ayudas públicas y el Departamento del Tesoro no
estaba dispuesto a permitir que Wagoner se quedase a reestructurar
la compañía.
Su sustituto fue Henderson, hasta entonces director financiero de
GM y por tanto, a la vista de muchos, tan responsable como Wagoner
de la mala fortuna de la empresa.
Para compensar la "vieja guardia" que representaba Henderson, el
Grupo Presidencial del Automóvil (GPA, encargado por el mandatario
estadounidense Barack Obama de supervisar la reestructuración del
sector) impuso como presidente del Consejo de Administración a
Whitacre.
Y desde un principio, las distintas filosofías de Henderson y su
equipo, por un lado, y de Whitacre y el nuevo Consejo de
Administración, por otro, provocaron fricciones.
Whitacre se mostró receloso del plan de Henderson de desprenderse
de su filial alemana, Opel, y tras semanas de maniobras para
ralentizar la operación, a principios de noviembre el Consejo de
Administración desdijo a Henderson y anuló la venta al consorcio
liderado por Magna.
A la vista de esta historia entre Whitacre y Henderson, no es
extraño que hoy, el analista de Edmunds.com, Michelle Krebs,
afirmase que "no es realmente una sorpresa" la dimisión de
Henderson.
"Ed Whitacre fue la elección del Gobierno para liderar la
compañía y el GPA siempre pareció remiso a la idea de que Fritz se
quedase en el puesto, dijo el analista.
Krebs añadió que "en los últimos meses, parecía que el Consejo y
Henderson no tenían el mismo ritmo. Henderson quería vender Opel y
el Consejo le anuló manteniendo la compañía europea". EFE