Luis Ángel Reglero
Nueva Delhi, 4 ago (.).- La India ha dado un paso fundamental en su ambición de unificar fiscalmente uno de los mayores mercados del mundo al aprobar una enmienda constitucional que despeja el camino para una reforma largamente esperada, pero a la que aún le quedan varios escollos por salvar.
El primer ministro indio, Narendra Modi, calificó de "histórica" la aprobación en el Senado de una enmienda constitucional que despeja el camino para uno de los ejes centrales de su programa de Gobierno, nada más ser aprobada ayer con un amplio consenso.
El Ejecutivo de Modi pretende dotar a la India de un impuesto de bienes y servicios (GST, en sus siglas en inglés) que unifica más de 20 diferentes tasas y será único para un país atado desde su independencia en una maraña de gravámenes del Estado central y de sus 29 regiones que encarecen y complican los negocios.
El sistema condena a un camión lleno de mercancías de Nueva Delhi a pagar aranceles nada más cruzar la circunvalación de la ciudad porque entra en otra región y pese a haber pagado ya el correspondiente en la capital india y el que recauda el Estado central.
Algo exasperante, según reconoció hoy el ministro de Finanzas indio, Arun Jaitley, en una comparecencia para agradecer el esperado desbloqueo en el Senado, donde el gobernante BJP de Modi no tiene mayoría, de una reforma "pendiente durante mucho tiempo", desde que este partido la planteó en 2003 en su anterior etapa de gobierno.
Al actual Ejecutivo del BJP le ha costado más de dos años de negociaciones, con cesiones a la oposición, avanzar en este reto cuyo siguiente escollo será contar con el respaldo de al menos la mitad de los 29 estados que integran la India, para que el GST pueda comenzar a aplicarse el próximo año fiscal indio, en abril de 2017.
"No creo que sea posible, al menos tardará un par de años", advirtió sin embargo Anjan Roy, asesor de las Cámaras de Comercio Asociadas de la India (ASSOCHAM, en inglés).
Roy declaró a Efe que "sin la decisión del Senado no era posible avanzar, pero no supone que todo esté hecho".
Ahora la enmienda volverá al Congreso, tendrá que ser ratificada por al menos la mitad de las regiones y será sancionada por el presidente del país, para que el Gobierno pueda presentar en la sesión de invierno el Parlamento la ley que regulará el GST y los estados se pronuncien de nuevo.
El GST integrará a la mayoría de los impuestos indirectos sobre el valor añadido y los especiales, excepto los del alcohol y los combustibles, pero además de los largos trámites parlamentarios, quedan por negociar cuestiones clave como el porcentaje se llevará el Gobierno central y cada región, "algo complejo", auguró el analista.
"Por encima de todo, hay que quedarse en lo positivo, en que es muy importante porque simplificará los impuestos y beneficiará así a la industria, sobre todo a la manufacturera, a los negocios y a los propios consumidores", subrayó por su parte Vikkas Mohan, experto de la Confederación de Industria India (CII).
Aunque el ministro ha reiterado que no solo será beneficioso para los hombres de negocios sino "también para los ciudadanos" en su conjunto, medios indios como el diario The Indian Express alertan de que en función de cómo se negocie entre el Gobierno y las regiones, puede pasar que bajen los precios de productos pero suban en servicios.
Al margen de lo que pase en el mercado interno, de cara al exterior la reforma es, en palabras de Mohan, "una llamada de atención" más de Modi al inversor foráneo, similar a su programa "Fabrica en India" que ha abierto numerosos sectores al capital externo.
"La percepción fuera es que el GST simplificará y facilitará los negocios en la India, al reducir trámites y costes, haciendo más atractivo venir al país", sentenció.
Con 1.250 millones de habitantes, la India se encuentra entre los diez mayores mercados de consumo del planeta según Naciones Unidas, pero el ránking del Banco Mundial de facilidad en los Negocios le deja a la cola, en el puesto 130 de 185.
ASSOCHAM ha situado esta reforma fiscal a la altura de la que en 1991 liberalizó la economía india e impulsó al país a una senda casi ininterrumpida de crecimiento desde entonces, del 7,6 % en el último año fiscal de 2015-2016.
Pero el propio Modi ya ha adelantado que tendrá que seguir negociando, ya que el BJP solo cuenta con el apoyo de 13 de las 29 regiones, antes de cumplir su sueño de "una nación, un impuesto".