Pekín, 9 abr (EFE).- El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de China bajó hasta el 2,1 % en marzo, un dato que permite al país asiático mantener una política monetaria prudente y tranquiliza a las autoridades después de un inicio de año en que el alza interanual de precios se había disparado hasta el 3,2 %.
Según datos publicados hoy por la Oficina Nacional de Estadísticas, mes a mes los precios en marzo bajaron un 2,9 % con respecto al mes anterior.
La bajada de la inflación respecto al mes de febrero se debe principalmente a la caída de los precios de los alimentos, que han pasado del 6 % de febrero al 2,7 % de marzo.
Se calcula que los alimentos suponen aproximadamente un tercio de la cesta de la compra del ciudadano chino medio, por lo que una reducción de la oferta -provocada principalmente las inclemencias meteorológicas- o la subida de la demanda dispara su precio y, por ende, el IPC.
En febrero el país celebró la llegada del Año Nuevo chino, la mayor festividad del país en todo el año, y la fuerte demanda de alimentos dejó el IPC en unos niveles cercanos al máximo anual establecido por el Ejecutivo chino en 2013, del 3,5 %.
Aunque la bajada de marzo era esperada por los analistas, finalmente el indicador ha caído aun más de lo pronosticado, algo que da un respiro a las autoridades del país y que les permite seguir aplicando una política monetaria "relajada" y sin la necesidad de llevar a cabo acciones más rígidas y menos deseables, como modificar los tipos de interés o los coeficientes de caja de la banca.
A su vez, una inflación contenida da margen para estimular aun más una economía en incipiente recuperación después de que en 2012 creciera un 7,8 % -su tasa más baja de la última década- debido a la débil demanda externa y la ralentización del sector inmobiliario.
Con el objetivo de alentar la actividad de la segunda economía mundial, el año pasado ya se llevó a cabo una política monetaria expansionista que, junto con reformas fiscales e inversión en activos fijos, consiguió dar un empuje a la economía china a finales de año que aun se arrastra.
El informe anual para China del Banco Asiático de Desarrollo (ADB en sus siglas en inglés), presentado hoy en Pekín, pronosticó para este año una inflación media del 3,2 %.
En el primer trimestre del año, sin embargo, el alza de la inflación se sitúa en un nivel mucho menor al estimado, un 2,4 %.
"El indicador de marzo está en la línea de nuestras previsiones. En los próximos meses veremos como los precios crecen en mayor medida", dijo hoy Ying Qian, director de la división de China del organismo.
Las principales fuentes de presión inflacionista, según Ying, son el aumento de costes laborales, la posible liberalización de los sectores energéticos, el efecto en el comercio exterior de las políticas expansionistas de otros países (en referencia a Japón) y los alimentos.
En un informe reciente de política monetaria, el Banco Popular de China (PBOC, central) apuntó también que la recuperación de la economía china durante el último trimestre de 2012 "puede traducirse en movimientos de los precios de forma muy rápida" y subrayó que, durante esta etapa de transición económica, "la prevención de los riesgos de inflación debe ser la prioridad".
También apuntó que, por ahora, los niveles de precios son "básicamente estables".
China ha establecido la misma meta de crecimiento para este año que en 2012, de un 7,5 %, considerada "prudente" y "relativamente fácil de alcanzar" por algunos expertos.
Las autoridades chinas darán a conocer la semana próxima los datos de crecimiento para el primer trimestre de 2013, que se espera sean similares a los de los últimos tres meses del año pasado, cuando el país creció un 7,9 %. EFE