Fráncfort (Alemania), 1 jun (.).- La Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS) considera que la pandemia de coronavirus va a prolongar el periodo de bajos tipos de interés en la Unión Europea (UE).
En un segundo informe, publicado este martes, la JERS analiza el impacto macroeconómico del entorno de bajos tipos de interés en el sistema financiero europeo en un horizonte de cinco a diez años.
El informe comienza con un amplio análisis de cómo se ha llegado al actual entorno de bajos tipos de interés por factores estructurales como son el envejecimiento de la población, la caída de la productividad, el exceso de ahorro y la baja inversión.
La JERS comenzó el informe desde finales de 2019 junto con el Comité de Estabilidad Financiera del Banco Central Europeo (BCE) sobre la base del que publicó en 2016.
"El impacto del coronavirus (COVID-19) puede haber incrementado la posibilidad y persistencia de un escenario de bajos tipos de interés durante mucho tiempo, haciéndolo, incluso, más bajo durante más tiempo", según la JERS.
El informe también identifica cuatro áreas de preocupación debido a los bajos tipos de interés que son la rentabilidad de los bancos y su resistencia; el endeudamiento de los prestatarios, que se endeudan cada más para lograr rendimientos; los riesgos de liquidez sistémicos, porque el sistema financiero se ha vuelto más sensible a los impactos del mercado, y las aseguradoras y fondos de pensiones.
La JERS es escéptica respecto a la sostenibilidad de los modelos de negocio de las aseguradoras y fondos de pensiones, que ofrecen garantías de rentabilidad a más largo plazo porque tienen más presión por los bajos tipos de interés.
Para afrontar esos riesgos, es necesaria una respuesta de prudencia macroeconómica de amplio alcance, que vaya más allá del alcance de los instrumentos existentes, que ahora se limitan al sector bancario y a medidas para hogares basadas en las legislaciones nacionales.
La JERS dice que las herramientas actuales "no proporcionan instrumentos que puedan usarse para tratar directamente riesgos relacionados a los cambios estructurales en el sistema financiero".
Y por ello son necesarios cambios en la política de prudencia macroeconómica más allá de la banca y en la regulación basada en actividad, añade.