Nueva York, 25 ago (EFE).- El voto de confianza del multimillonario Warren Buffett en Bank of America con su inversión de 5.000 millones de dólares no evitó hoy la caída en Wall Street, que contagiado por Europa y con la mirada puesta en la conferencia de Ben Bernanke mañana interrumpió tres días de avances.
En un día inundado de noticias, tanto en EE.UU. como procedentes del otro lado del Atlántico, el Dow Jones de Industriales, el índice de referencia del parqué neoyorquino, terminó con una caída del 1,51 % hasta los 11.149,82 puntos, el selectivo S&P 500 perdió el 1,56 % y el índice compuesto del mercado tecnológico Nasdaq el 1,95 %.
Los tres principales indicadores de Wall Street continúan acumulando así unas pronunciadas pérdidas anuales del 3,69 % en el Dow Jones, el 7,82 % en el S&P 500 y el 8,79 % en el Nasdaq.
Los contratos de futuros previos a la apertura de la sesión ya apuntaban a los números rojos con los que finalmente cerró el parqué neoyorquino, que en ese momento vinieron determinados por el aumento en 5.000 de la cifra de solicitudes de subsidio por desempleo en EE.UU. la semana pasada, que quedó en las 417.000.
El ánimo vendedor previo a la apertura también había venido determinado por la incertidumbre que generó entre los inversores la renuncia del co-fundador y consejero delegado de Apple, Steve Jobs, a raíz de sus problemas de salud, lo que despertó inquietudes sobre el futuro de la que se ha convertido en una de las empresas más influyentes del mundo.
Desde que en 1997 Jobs se convirtiera en el consejero delegado de la compañía, la creadora del iPhone se ha revalorizado un 6.795 % en bolsa.
La salida del máximo responsable de Apple provocó una caída superior al 5 % en las operaciones electrónicas posteriores al cierre del miércoles, poco después de conocerse la renuncia, aunque esta jornada redujo los números rojos hasta el 0,65 %.
Las preocupaciones por Apple y el mercado laboral estadounidense quedaron atrás cuando, minutos antes de la apertura, los inversores se vieron sorprendidos por la noticia de que el grupo Berkshire Hathaway, del multimillonario Warren Buffett, invertirá 5.000 millones de dólares en 50.000 acciones preferentes de Bank of America.
La decisión del llamado Oráculo de Omaha (su localidad natal), supone un importante voto de confianza para un banco que ha perdido cerca de la mitad de su valor en bolsa (el 42,65 %) desde enero y tan solo el lunes pasado se desplomó un 7,89 %.
El "préstamo" de Buffett, realizado a cambio de un dividendo del 6 % anual, recuerda al realizado en 2008 al entonces también asediado Goldman Sachs, golpeado por la crisis financiera tras la caída de Lehman Brothers, al que también prestó 5.000 millones de dólares para inyectar confianza en los mercados, aunque entonces lo hizo a cambio de un dividendo del 10 %.
La noticia llegó a provocar avances superiores al 20 % en las acciones de la entidad financiera esta jornada, que finalmente terminó con un ascenso del 9,44 %.
Pero la bienvenida a esa inversión duró poco en Wall Street, que una hora después de la apertura ya registraba decididos retrocesos contagiado por el ánimo vendedor que llegaba desde el Viejo Continente, donde las principales plazas financieras terminaron en números rojos: Fráncfort, que llegó a caer más del 4 %, cerró con un descenso del 1,71 %, Londres bajó el 1,44 % y Madrid el 0,84 %, entre muchas otras.
Esas caídas respondieron a los rumores sobre una posible rebaja de la calificación de Alemania, que se probaron infundados cuando las tres grandes agencias de medición de riesgo Standard & Poor's, Moody's y Fitch confirmaron la triple A del país, así como a la decisión de España y Francia de prorrogar la suspensión de las ventas en corto al descubierto.
Así el parqué neoyorquino cerró con pronunciados descensos un día antes de que se produzca la esperadísima comparecencia del presidente de la Reserva Federal de EEUU, Ben Bernanke, en Jackson Hole (Wyoming), de la que los inversores esperan que salga un anuncio de un nuevo estímulo económico. EFE