Tokio, 19 ene (.).- El índice de precios de consumo (IPC) en Japón subió un 3,1 % en 2023 debido principalmente al encarecimiento de los alimentos y productos del hogar y muebles, en el que marca el mayor crecimiento anual del índice en 41 años, informó este viernes el Gobierno.
Solo en el pasado mes de diciembre los precios subieron en el país asiático un 2,3 %, bajando moderadamente desde el 2,5 % de noviembre, según las cifras reveladas también hoy.
El incremento de los precios en Japón en la totalidad del año pasado vino marcado por el aumento de los costos en la comida, del 8,1 % interanual, y también en los muebles e utensilios del hogar, que se encarecieron un 7,9 % respecto a 2022, según el informe publicado este viernes por el Ministerio del Interior y Comunicaciones.
El aumento del IPC de 2023 iguala el ritmo de crecimiento del país nipón de 1982.
El aumento de los precios en el archipiélago el año pasado se produce tras otro incremento del 2,3 % en 2022, mientras que en 2021 y 2020 el índice se contrajo 0,2 % y en el lustro previo, el IPC nunca creció por encima del 1 %, e incluso experimentó otra contracción en 2016 (del 0,6 %).
En lo que respecta al pasado diciembre, cuando los precios se encarecieron un 2,3 % interanual, este supuso el vigesimoprimer mes en que la inflación se sitúa por encima del objetivo actual del 2 % del Banco de Japón (BoJ), en una cifra que excluye los precios de los alimentos frescos por su alta volatilidad.
El aumento de diciembre viene precedido por una subida del IPC del 2,5 % en noviembre, del 2,9 % en octubre y del 2,8 % en septiembre.
El encarecimiento de la alimentación y en especial de los productos de primera necesidad volvió a ser el más notable, del 13 % interanual para huevos y lácteos.
La inflación subyacente, que excluye el precio de la energía y los alimentos por su alta volatilidad, fue del 3,7 % interanual.
Pese al incremento de la inflación en el país, el BoJ viene optando por el mantenimiento de sus tipos (negativos a corto plazo, frente a las alzas acometidas en la esfera internacional), alegando que es transitoria y se debe a factores externos, y no a la estabilidad económica y crecimiento de salarios a la que aspira.
Esta postura ha creado una divergencia entre las políticas de la entidad japonesa y sus principales homólogos internacionales, provocando una caída del yen que está afectado a las cuentas de Japón, un país altamente dependiente de importaciones de primera necesidad.