Nueva Delhi, 26 feb (EFE).- El Ejecutivo indio presentó hoy sus
presupuestos para el año fiscal 2010-2011 -duramente criticados por
los partidos de la oposición-, cuyo principal objetivo es volver a
registrar tasas de crecimiento del 9 por ciento y garantizar un
desarrollo económico que incluya a toda la población,
El ministro indio de Finanzas, Pranab Mukherjee, presentó en la
Cámara Baja del Parlamento indio una ley de presupuestos generales
que prevé un gasto total de 11 billones de rupias (unos 237.000
millones de dólares), un 8,6 por ciento más que la cantidad
presupuestada en el ejercicio anterior.
Uno de los objetivos de Mukherjee es volver al equilibrio
presupuestario, por lo que fijó en el 5,5 por ciento del PIB la
previsión de déficit fiscal para el periodo de referencia, frente al
6,5 por ciento que alcanzará previsiblemente en este ejercicio, que
acaba el 31 de marzo próximo.
El Ejecutivo abordó en estos presupuestos por primera vez la
necesidad de reducir el porcentaje de deuda pública respecto al PIB
y anunció la elaboración de una hoja de ruta que marque el camino a
seguir en los próximos seis meses.
"Con la recuperación (económica) echando raíces existe la
necesidad de revisar el gasto público, movilizar los recursos y
orientarlos hacia la productividad de la economía", dijo el
ministro, según un comunicado del departamento de Finanzas.
Además, el Gobierno se comprometió a llevar a cabo una
"estrategia de salida calibrada de la política fiscal expansionista
de los últimos dos años".
Los presupuestos presentados hoy prevén un gasto de 1,7 billones
de rupias (unos 36.700 millones de dólares) para el desarrollo de
las infraestructuras, mientras que la cantidad destinada al sector
de generación eléctrica se duplicó hasta alcanzar los 51.300
millones de rupias (1.100 millones de dólares).
El ministro destacó la importancia de que el crecimiento
económico del país, que en el pasado ejercicio se situó en el 6,7
por ciento, sea de carácter "inclusivo".
El gasto en programas sociales presupuestado se situó en 1,4
billones de rupias (30.000 millones de dólares), lo que supone el 37
por ciento del total del gasto previsto en los planes elaborados por
el Ejecutivo.
Las partidas destinadas a los programas para la mujer y la
infancia y para las minorías aumentaron un 50 por ciento, mientras
que la asignación para la educación primaria -que el Gobierno quiere
hacer obligatoria- subió un 16 por ciento.
El nuevo presupuesto prevé la creación de una suerte de fondo de
seguridad social para los trabajadores del sector informal, para el
que se asignó la cantidad de 10.000 millones de rupias (216 millones
de dólares).
La partida destinada a Defensa aumentó cerca de un 4 por ciento
hasta situarse en los 1,5 billones de rupias (32.000 millones de
dólares), después de que el año pasado el Gobierno aprobara una
notable subida del 34 por ciento para apoyar la lucha
antiterrorista.
Finanzas, que prevé un repunte del PIB para el presente año
fiscal del 7,2 por ciento, expresó su esperanza de registrar alzas
del 10 por ciento "en un futuro no muy lejano" y calificó como "muy
esperanzadora" la recuperación económica experimentada en la India
tras la crisis.
La aceleración económica se verá sin embargo lastrada por el
sector agrícola, que está previsto que retroceda un 0,2 por ciento.
El Gobierno reconoció que la preocupación principal en la segunda
mitad del ejercicio fiscal actual es el aumento de la inflación de
los alimentos, que se situó en el 19,8 por ciento en diciembre de
2009, frente al 8,6 del mismo mes de 2008, y añadió que ha tomado
medidas para contener la escalada de los precios.
Una de las provisiones más controvertidas fue la decisión de
restablecer un impuesto básico del 5 por ciento sobre el precio del
petróleo, que encarecerá los combustibles.
Tras oír la medida, los partidos más destacados de la oposición
plantaron al Ejecutivo y abandonaron el hemiciclo.
La portavoz del Bharatiya Janata Party, la principal fuerza
opositora en el Parlamento, Shushma Swaraj, calificó los
presupuestos de "anti-agricultores, antipobres y anticiudadanos",
según la agencia IANS. EFE
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