Madrid, 4 jun (.).- El Tesoro español se dispone a emitir su primer bono verde en la segunda mitad de este año mientras las inversiones ligadas a la sostenibilidad medioambiental viven un momento dulce por la creciente demanda de este tipo de activos, lo que, según los expertos, augura un estreno triunfal siguiendo la estela de Alemania, Francia e Italia.
"Seguramente la emisión española tendrá sobredemanda", indica Ricardo Pedraz, consultor del departamento de finanzas públicas de Analistas Financieros Internacionales en declaraciones a EFE Dow Jones. "No va a tener problemas. Los inversores se tirarán bastante en masa y tiene todas las papeletas para ser un éxito", afirma.
La intención inicial, expresada por el secretario general del Tesoro, Carlos San Basilio, en una jornada sobre financiación y bonos verdes en Madrid a finales del año pasado, era lanzar un bono a 20 años con una primera emisión sindicada de entre 5.000 millones y 10.000 millones de euros, para realizar posteriormente otras subastas con el objetivo de llegar a unos 20.000 millones.
Una fuente del Ministerio de Economía español confirmó esta semana que el Tesoro sigue adelante con sus planes de emitir por primera vez esta clase de deuda en el segundo semestre de 2021, aunque no precisó el tamaño de la transacción inaugural y añadió que todavía se está trabajando en la definición técnica del bono, como, por ejemplo, su plazo.
Sin embargo, la fuente avanzó que en las próximas semanas -previsiblemente durante este mes-- se dará a conocer el Marco de Bonos Verdes, un documento que servirá para explicar a los inversores cuál es la filosofía y la estructura de esta deuda y que es un paso previo e imprescindible para su puesta en marcha.
Los bonos verdes se refieren a aquellos cuyos ingresos se emplean para financiar proyectos de inversión con un beneficio para el medio ambiente.
En España existe un grupo de trabajo en el que participa el Tesoro y varios ministerios -entre ellos el de Transición Ecológica y el de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana- que se encuentra definiendo la tipología de estos proyectos elegibles para ser financiados con los ingresos generados por estas emisiones, agregó la fuente de Economía.
Una de las dificultades de esta misión radica en que las inversiones que se verían apoyadas por estos bonos no pueden recibir ninguna otra financiación a través de instrumentos públicos, explicó la fuente, que admitió que se trata de un tema "complejo".
En su estrategia de financiación para este año, el Tesoro reconoció en enero que el estallido de la pandemia y la falta por aquel entonces de un presupuesto público que reflejase el compromiso del actual Gobierno con la transición ecológica "llevaron a trasladar a 2021 el lanzamiento del bono verde inaugural", cuando en principio estaba previsto para 2020.
"La comunidad inversora está esperando esta operación desde hace tiempo", sostiene Ignacio Bas, responsable de mercados de capital de deuda para el sector público español del Banco Santander (MC:SAN). "Es fundamental poder identificar con precisión el origen de los fondos y vincularlos con los potenciales destinos a los que se destinará la inversión", apunta.