Por Laurence Frost y Edward Taylor
FRÁNCFORT (Reuters) - Los líderes de los fabricantes europeos de coches que se reúnen en el salón del automóvil de Fráncfort están comenzando a afrontar la realidad de la electrificación masiva de vehículos y sus consecuencias para el empleo y los beneficios, mientras se centran en las promesas del Gobierno alemán de prohibir el motor de combustión.
Mientras el último movimiento similar por parte de China se suma al impulso por la motorización de emisiones cero, Daimler (DE:DAIGn), Volkswagen (DE:VOWG_p) y PSA (AS:RDSa) Group dieron unos detalles sobre sus programas eléctricos que frenarían el ímpetu de los responsables políticos.
Los primeros modelos de Mercedes eléctricos serían al principio la mitad de rentables que las alternativas convencionales, dijo Daimler - forzando al grupo a buscar ahorros al externalizar la fabricación de más componentes, lo que a su vez amenazaría a los empleos en Alemania.
"La producción doméstica es casi irrelevante para el consumidor", dijo el líder de Daimler, Dieter Zetsche, a periodistas en la víspera de la feria de Fráncfort, en plena campaña electoral alemana en la que los empleos del sector de automoción han crecido en importancia.
La compañía ha establecido un objetivo de ahorro de 4.000 millones de euros a 2025 para ayudar a financiar el coste de sus coches eléctricos.
"Daimler es la primera compañía que dice explícitamente cuánto van a mermar los márgenes los coches eléctricos", dijo el analista de Bernstein Max Warburton. "Es valiente ser el primero - pero por supuesto no será el último".
Volkswagen (VW) dijo que buscaba nuevos contratos globales de proveedores para obtener 50.000 millones de euros de material para coches eléctricos, incluidas las baterías, que todavía no se fabrican competitivamente en Europa.
"Una empresa como Volkswagen debe liderar, no ir detrás", dijo su consejero delegado Matthias Mueller a periodistas.
El fraude de las emisiones de vehículos diésel de VW destapado por los reguladores de Estados Unidos en 2015 desencadenó una ola de indignación global con decenas de investigaciones adicionales en el sector que ha llevado a que algunos responsables políticos prohíban los vehículos diésel y eventualmente todo motor de combustión.
APRETANDO EL NUDO
Las acciones de Tesla (NASDAQ:TSLA) subieron casi un 6 por ciento el lunes después de que un ministro chino dijera que la prohibición de Beijing de motores de combustión era cuestión de tiempo, apretando el nudo para este tipo de motores. Francia y Reino Unido han prometido su prohibición para 2040.
Pero PSA, fabricante de las marcas Peugeot (PA:PEUP) y Citroen, dijo estaba preocupada por los riesgos si los consumidores se quedan atrás y no se vende una nueva generación de coches con batería.
"Si no tiene aceptación en el mercado, entonces todo el mundo - sector, empleados y políticos - tiene un gran problema", dijo el consejero delegado de PSA, Carlos Tavares, en una entrevista previa al salón con el semanario Bild am Sonntag.
Aunque Tesla se ha labrado sola un exitoso nicho premium, los coches eléctricos todavía tienen que llegar a los mercados de masas -con la excepción de Noruega a cuenta de unas fuertes subvenciones- y aún suponen menos de un 1 por ciento de las ventas mundiales de coches.
Los fabricantes han buscado adaptarse a los cambios y en algunos casos distanciarse del "dieselgate" anunciando inversiones multimillonarias en coches eléctricos apoyadas en planes para vender millones de unidades en una década.
Un año después del escándalo, VW reveló planes para desarrollar 30 nuevos coches eléctricos y vender entre 2 y 3 millones anualmente para 2025. Este lunes elevó el objetivo a 80 modelos y dijo que necesitaría cuatro veces la capacidad de la "gigafábrica" de Tesla para el suministro de sus baterías.
IMPACTO EN EMPLEO
Como la batería es el elemento más costoso de un coche eléctrico, los expertos señalan que su adopción en masa llevaría negocios y empleos de proveedores europeos a China, que ya domina el mercado de baterías para automóviles.
Según la consultora AlixPartners, fabricar transmisiones eléctricas con baterías supone un 40 por ciento menos de trabajo que fabricar trasmisiones mecánicas. Eso afectaría a 112.000 empleos de proveedores europeos, incluso antes de cualquier externalización.
La retirada gradual de motores de combustión para 2030 podría costar 600.000 empleos sólo en Alemania, dijo el instituto Ifo. La canciller alemana, Angela Merkel, que busca su reelección el 24 de septiembre, dijo que no era "amiga de prohibiciones", en una entrevista con el Berliner Zeitung publicada el martes.
En declaraciones televisadas el lunes, Merkel dijo que el sector necesitaría apoyo en su transformación. "El gobierno todavía tiene que hacer más en establecer incentivos", dijo, sin dar más detalles.
El analista independiente Richard Windsor advirtió que lejos de impulsar al sector, la transición al coche eléctrico --cuya vida es previsiblemente más larga y requiere un menor mantenimiento-- podría causarle daños a largo plazo.
"Los fabricantes de vehículos hacen cola para anunciar su compromiso con los vehículos eléctricos, pero al mismo tiempo podrían estar cavando su propia tumba", dijo.