Arantxa Iñiguez
Fráncfort (Alemania), 28 jun (EFE).- El Banco de Pagos Internacionales (BPI) considera que el potencial de contagio político de la crisis griega es difícil de evaluar y que la política monetaria es una solución fácil para ganar tiempo, que acaba soportando la mayor parte de la carga por no acometerse ajustes.
El BPI, del que son miembros sesenta bancos centrales y autoridades monetarias y hoy celebró su asamblea general en la ciudad suiza de Basilea, publicó también su informe anual, en el que presenta los principales riesgos para las economías más avanzadas por la reciente crisis.
El director general del BPI, el español Jaime Caruana, destacó en la asamblea general la "necesidad de adoptar una perspectiva de más largo plazo, que nos permita incorporar mejor los factores financieros a nuestro análisis sobre la economía mundial".
La evolución de Grecia y de la zona del euro reproduce desafíos mundiales más amplios, pero amplificados por "un cóctel tóxico de deuda pública y privada y una exigua disposición a acometer ajustes estructurales que son absolutamente necesarios", según el BPI.
"Desde un punto de vista puramente económico, la zona del euro parece estar ahora mejor situada para lidiar con contagios que en el momento en que estalló la crisis. No obstante, la incertidumbre persiste y el potencial de contagio político es incluso más difícil de evaluar", añade el informe.
El consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) discute hoy la situación de Grecia y si prolonga la asistencia financiera a sus bancos mediante los créditos de emergencia, después de que los ministros de Economía y Finanzas de la zona del euro se negaran a prorrogar el rescate griego más allá del próximo martes.
Grecia rechazó las propuestas de sus acreedores y su Parlamento aprobó la pasada noche celebrar un referéndum, después de que las autoridades griegas consideran que las negociaciones habían finalizado.
El BCE ha apoyado hasta ahora a Grecia a través del programa de provisión urgente de liquidez mediante el cual los bancos griegos pueden pedir préstamos de emergencia al Banco de Grecia, permitiendo de este modo que no se declaren en quiebra.
La cantidad máxima que los bancos griegos pueden pedir al Banco de Grecia, previa autorización del BCE, se acerca en estos momentos a 90.000 millones de euros.
Otros riesgos importantes para las economía avanzadas, según el BPI, son: los costes a medio plazo de las tasas de interés ultrabajas, que pueden infligir serios daños en el sistema financiero, y la prolongada dependencia de la deuda, como sustituto de reformas para fortalecer la productividad.
"Si prosigue este viaje sin precedentes rumbo a tasas de interés nominales negativas más bajas, pueden estar poniéndose a prueba límites técnicos, económicos, jurídicos e incluso políticos", según el BPI.
"En promedio, durante los primeros cinco meses de este año, unos 2 billones de dólares (1,8 billones de euros) de deuda soberana -en su mayoría europea- se negociaba con rendimientos negativos", según Caruana.
El jefe del departamento Económico y Monetario del BPI, Claudio Borio, dijo, al presentar el informe, que estas tasas de interés extraordinariamente bajas durante un periodo prolongado son un síntoma de que "la economía mundial sigue teniendo dificultad para recuperarse totalmente de las secuelas de la crisis".
Nunca antes se habían mantenido las tasas de interés tan bajas durante tanto tiempo.
En términos reales, se han mantenido en terreno negativo más tiempo incluso que durante la Gran Inflación de los años 70.
"Pese a lo excepcional que pueda ser esta situación, muchos esperan que continúe. Es realmente preocupante que lo impensable amenace con convertirse en rutina", advierte el BPI.
"Además, los rendimientos negativos de la deuda que han prevalecido en algunos mercados de deuda soberana no tiene precedentes y han desafiado los límites de lo impensable", según Borio.
"A más largo plazo, estas tasas podrían debilitar el sector financiero y la actividad económica, al trabar las decisiones de inversión racionales y enquistar la dependencia de la deuda", dijo el economista.
Los rendimientos de la deuda francesa, alemana y suiza llegaron a ser negativos en sus vencimientos a cinco, nueve y 15 años respectivamente, algo sin precedentes.
El BPI sugiere en el informe que el "desarreglo actual puede reflejar en gran medida la incapacidad para dar respuesta a la interacción de los fenómenos financieros con el crecimiento y la inflación en una economía globalizada".