Fráncfort (Alemania), 28 jun (EFE).- El director general del Banco de Pagos Internacionales (BPI), el español Jaime Caruana, advirtió hoy de la fuerte dependencia del estímulo monetario en la economías avanzadas.
En la asamblea general del BPI, celebrada en la ciudad suiza de Basilea, Caruana dijo que "siete años después de la crisis financiera mundial, la combinación de políticas sigue estando muy desequilibrada".
"Seguimos dependiendo en exceso del estímulo monetario y el avance en las reformas estructurales todavía es insuficiente. Las disyuntivas que afrontan las políticas continúan siendo complicadas", según Caruana.
"La configuración actual de tasas muy bajas ni es inevitable, ni representa un nuevo equilibrio", dijo el director general del BPI.
Estas tasas de interés tan bajas "podría reflejar en gran medida las deficiencias de los actuales marcos analíticos y de política para hacer frente a auges y contracciones de naturaleza financiera", dijo Caruana.
La normalización de la política debería ser bienvenida. En conjunto, los bajos precios del petróleo imprimen un impulso significativo al crecimiento de la economía mundial, que podría respaldar una normalización continua de la política monetaria", añadió.
Caruna hizo hincapié en que esta normalización debería tener en cuenta "la oportuna consideración de las condiciones específicas de cada país" y "podría generar cierta volatilidad en el corto plazo, pero ayudaría a contener los riesgos en un horizonte más largo".
Asimismo consideró que los auges financieros pueden socavar el crecimiento de la productividad, como ha ocurrido en algunas economías avanzadas.
"Durante el pasado año, la economía mundial creció a una tasa no muy alejada de su promedio de largo plazo. Sin embargo, la inversión empresarial ha permanecido débil pese a la pujanza de las fusiones y adquisiciones y las recompras de acciones propias financiadas con deuda", según Caruana.
"La asunción de riesgos es más evidente en los mercados financieros que en la economía real y el crecimiento de la productividad laboral ha seguido cayendo en todo el mundo", dijo el director general del BPI.
"Los auges financieros tienden a minar el crecimiento de la productividad, al desplazar trabajadores y otros factores de producción hacia sectores cuya productividad crece con más lentitud", según Caruana.
El crecimiento de la productividad de las economías avanzadas que experimentaron auges del crédito en el preludio de la crisis financiera, de 2004 a 2007, se redujo en promedio unos 0,4 puntos porcentuales al año, comparado con lo que hubiera ocurrido de no haberse producido dicho auge, es decir si la relación entre crédito y PIB hubiese mantenido su tasa media de los diez años anteriores al auge, según Caruana.
"Más sorprende aún que este efecto persista incluso cuando el auge se desploma", según el director general del BPI.
Entre 2008 y 2013 el crecimiento de la productividad de estos países cayó de media 0,6 puntos porcentuales al año con respecto a lo que hubiera ocurrido de no haberse producido el auge.
De hecho, para este último periodo, la pérdida estimada es prácticamente tan elevada como el propio crecimiento de la productividad.
Además, la prolongación en el tiempo de unas tasas de interés muy bajas puede dañar la capacidad de intermediación de los bancos, al hacer menos rentable la transformación de vencimientos y el préstamo a largo plazo, y al erosionar la propuesta de valor de la banca minorista.
"La buena noticia es que los grandes bancos internacionales gozan ahora de mejor salud, al haber reforzado sus coeficientes de capital regulador gracias a sus beneficios" y la menos buena, que "todavía no han recuperado la plena confianza de los mercados", consideró Caruna.