Bruselas, 12 jun (EFE).- La Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) constataron hoy el progreso logrado en Portugal en términos económicos y financieros, pero advirtieron de que siguen siendo necesarios más ajustes presupuestarios y de que se deben efectuar reformas más ambiciosas.
Así lo señalaron en el informe que han realizado tras la visita que llevaron a cabo a Lisboa del 4 al 12, en coordinación con el Fondo Monetario Internacional, la segunda de este tipo tras la finalización del programa de condiciones asociadas al rescate financiero al país.
"Las condiciones económicas y financieras en Portugal continuaron mejorando desde la finalización de la primera misión llevada a cabo en otoño", indicaron la CE y el BCE en un comunicado.
"Sin embargo, la recuperación económica sigue siendo contrarrestada por los desequilibrios macroeconómicos que aún existen", afirmaron.
Las instituciones señalaron que pese al compromiso mostrado por las autoridades portuguesas de continuar con la consolidación fiscal, "los esfuerzos para reducir el déficit público estructural tienen que continuar".
"Las reformas estructurales llevadas a cabo durante el programa de asistencia financiera están, cada vez más, teniendo efecto. Sin embargo, la agenda de reformas para mejorar aún más las perspectivas de crecimiento a medio plazo, la creación de empleo y la competitividad sigue siendo un desafío", apuntaron.
Las instituciones destacaron que el impulso que está ganando la actividad económica, cuya recuperación gradual se está haciendo también más amplia, y destacó el efecto positivo del bajo precio del petróleo, el tipo de cambio más débil, la mejora de las condiciones de financiación y la mejora de los negocios y la confianza del consumidor.
Tanto las exportaciones como la demanda interna muestran un desarrollo positivo, y las instituciones esperan que en un futuro,la actividad económica siga fortaleciéndose, aunque lastrada por los "altos niveles de endeudamiento de los sectores público y privado y por la aún elevada tasa de desempleo".
Además, la mejora en el crecimiento económico y las condiciones de crédito más favorables están apoyando también las finanzas públicas, aunque la misión prevé que el déficit público alcance este año el 3,1 %, frente al 2,7 % que espera el Gobierno luso.
Las instituciones prevén que el desvío supere ligeramente el máximo del 3 % marcado por la legislación comunitaria, "reflejando una dispersión de los esfuerzos de consolidación", por lo que recomendaron que lo que se ahorre gracias a la bajada de los intereses de los pagos del país sea "usado al completo para reducir la deuda y el déficit".
Respecto al sector bancario del país, estas constataron que continúa su proceso de desapalancamiento, en un contexto en que las condiciones de liquidez han mejorado.
"Aunque las medidas de reducción de costos están teniendo efecto, la rentabilidad del sector bancario sigue siendo un reto, también a causa de los altos niveles de deuda mala", apuntaron.
Las instituciones tomaron nota de las privatizaciones llevadas a cabo las industrias de redes -como las telecomunicaciones, el transporte y los servicios públicos- y recalcó que la competencia en estos sectores "se debe aumentar aún más".
"En general, la misión recordó la importancia de aumentar la flexibilidad y la competitividad de la economía portuguesa para apuntalar la recuperación económica gradual, fortalecer su resistencia a las crisis y mejorar las perspectivas de crecimiento potencial", apuntaron.
Para ello, instaron a las autoridades lusas a "establecer un ambicioso programa de reformas para el futuro".