Investing.com - Amenazaba con poner más carne en el asador, y lo ha hecho. Pero sin quemarse. Mario Draghi ha anunciado que el BCE va a lanzar el mes que viene su programa de compras de valores respaldados por activos o titulizaciones (ABS), compuesto por créditos al sector financiero y cédulas hipotecarias. Serán títulos, ha reiterado, simples y transparentes.
El programa, que por fin está a punto de materializarse, tendrá como objetivo combatir la baja inflación y dar alas a la recuperación en la eurozona. Draghi no ha ofrecido más detalles, éstos se darán en la reunión del 2 de octubre.
Draghi había preparado bien el escenario, y había aumentado la expectación con una decisión de política monetaria histórica: ha bajado los tipos de interés al 0,05%, y ha recortado la tasa de la facilidad de depósito, que ya estaba en negativo, hasta el -0,20%. La bajada de tipos, que no ha sido unánime, ha pillado por sorpresa incluso a los que apostaban por ella. Los tipos han tocado suelo, ha advertido Draghi, lanzando así una señal muy directa a los bancos que van a participar en las subastas de liquidez a cuatro años que se van a celebrar este mismo mes y en diciembre (conocidas como TLTRO): es inútil quedarse al margen de estas subastas esperando nuevas rebajas.
Respondiendo a las preguntas de los periodistas, el presidente del BCE ha reconocido que en la reunión de hoy, el organismo ha valorado la opción de poner en marcha un programa de flexibilización cuantitativa, un “QE a la europea”. En el Consejo de Gobierno había quien quería tomar más medidas, y quien quería menos. En este caso, ha explicado Draghi, se ha optado por una camino intermedio.
En esta reunión, asimismo, el BCE ha rebajado una décima sus previsiones de crecimiento para este año (de 1% a 0,9%) y para el que viene, (de 1,7% a 1,6%).
Las palabras de Draghi, como suele ser habitual, han tenido un importantísimo impacto en los mercados. Han disparado al Ibex más allá de los 11.000 puntos, y han llevado al euro a caer con fuerza, a mínimos desde el verano de 2013 frente al dólar, muy cerca de 1,30. El bono español a 10 años en el mercado secundario ha caído hasta el 2,17%.