MADRID (Reuters) - El precio de la vivienda usada en España volvió a caer en el mes de julio y se situó en 1.641 euros por metro cuadrado, acumulando un descenso del 44,4 por ciento en los siete años desde que estalló la burbuja inmobiliaria, de acuerdo con los datos facilitados el martes por el portal fotocasa.
En términos interanuales, el descenso se ralentizó al 7,5 por ciento, frente al 10 por ciento de caída en julio de 2013, mientras que respecto a junio de este año bajó el 0,9 por ciento.
Al mismo tiempo, el fuerte correctivo parece haber tocado suelo en algunas zonas, y en siete provincias los precios aumentaron entre el 0,1 por ciento de Vizcaya y el 1 por ciento de Pontevedra.
"El mercado inmobiliario español ofrece muy buenas oportunidades en estos momentos. La desvalorización en casi un 45 por ciento del precio de la vivienda explica que muchos extranjeros y españoles con liquidez estén invirtiendo en este sector, lo que se está traduciendo en un ligero repunte de las compraventas y en una desaceleración de la caída de los precios", dijo Beatriz Toribio, responsable de Estudios de fotocasa.es, en un comunicado.
Los precios de la vivienda tocaron un máximo histórico de 2.952 euros por metro cuadrado en abril de 2007 y desde entonces se han desplomado mientras España entraba en una recesión de la que tras varios vaivenes consiguió salir a finales del año pasado.
"La mayoría de los españoles sigue teniendo muchos problemas para acceder a una casa debido a la pérdida de poder adquisitivo, la falta de financiación y los altos niveles de desempleo", destacó Toribio.
Diez comunidades autónomas registran caídas superiores al 40 por ciento, con un máximo del 55,1 por ciento en La Rioja, y en Madrid y Cataluña han bajado un 44,7 y un 47,8 por ciento, respectivamente.
El sector inmobiliario, motor del crecimiento de la economía española en la primera mitad de los años 2000, ha sufrido un ajuste que ha reducido el empleo en un 44 por ciento a 828.000 puestos de trabajo en 2013 y su aportación al PIB, del 21 por ciento al 12 por ciento, además de dejar un stock de alrededor de medio millón de viviendas sin vender.