MADRID (Reuters) - Felipe VI trasladó el lunes al presidente del Congreso, Patxi López, su decisión de no iniciar "de momento" nuevas consultas con los grupos parlamentarios españoles para la formación de un nuevo gobierno, tras fracasar la semana pasada la investidura del líder socialista, Pedro Sánchez.
El monarca ha preferido que los partidos políticos sigan negociando en un momento en el que tienen dos meses de plazo para ponerse de acuerdo en formar un nuevo gobierno antes de que automáticamente se convoquen nuevas elecciones.
"El rey tiene voluntad de que es el tiempo de los partidos para seguir trabajando por una investidura", dijo el presidente del Congreso a periodistas tras el encuentro.
Después de que el presidente en funciones, Mariano Rajoy, rehusase someterse a la votación para ser reelegido por la falta de apoyos pese a ganar las elecciones de diciembre, el rey Felipe encargó a Sánchez, líder de la segunda fuerza más votada, que intentase formar gobierno.
Pero Sánchez, que solo recabó el apoyo de Ciudadanos (40 escaños) y Coalición Canaria (1), fracasó en el intento, devolviendo a las Cortes a la casilla de salida de las elecciones del pasado 20 de diciembre, aunque casi dos meses y medio después.
Los grupos parlamentarios tienen ahora dos meses para tratar de alcanzar acuerdos que garanticen al menos una mayoría simple y tratar de evitar así la repetición de los comicios, previsiblemente el 26 de junio.
Las formaciones marcaron el lunes posiciones para esta nueva fase de negociaciones, aunque no había cambios significativos respecto las enrocadas posturas de la semana pasada.
El Partido Popular pidió al líder del PSOE que no bloquee la formación de una gran coalición a tres bandas con Ciudadanos.
"Le pedería, si no quiere acordar, al menos que deje gobernar a quien ha ganado las elecciones que es el PP", dijo dijo Rajoy a periodistas en Bruselas. "Yo llamaré al señor Sánchez y si el señor Sánchez, como hasta ahora, no quiere verme pues evidentemente no podría hacer nada más", añadió.
Sánchez instó al líder de Podemos, Pablo Iglesias, a sentarse a hablar con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y con él para desalojar a Rajoy de La Moncloa.
Podemos mantuvo que sólo contempla un gobierno con el PSOE y otras fuerzas, pero sin Ciudadanos, e Iglesias pidió a su equipo negociador que retome los contactos a cuatro con PSOE, IU-UP y Compromís para reiniciar unas conversaciones que se vieron interrumpidas desde que Sánchez alcanzó un pacto con Ciudadanos.
Por su parte, Ciudadanos continuó haciendo llamamientos a dos bandas, pidiendo tanto a PP como a Podemos que dejen a un lado sus intereses personales y empiecen a hablar de reformas.