En un reciente giro del panorama político chileno, la derecha moderada del país logró avances significativos durante las elecciones regionales celebradas el domingo. La coalición del presidente Gabriel Boric consiguió evitar una derrota contundente, lo que muchos interpretan como un indicio de una tendencia hacia una política menos polarizada de cara a las elecciones presidenciales de 2025.
El presidente Boric reconoció los resultados mixtos en su discurso del domingo, señalando que el desenlace tenía un "sabor agridulce para todos los sectores". Subrayó que ningún grupo podía proclamar una victoria aplastante.
Los analistas de mercado valoraron positivamente los resultados electorales, sugiriendo que un retorno a la distribución de votos previa al malestar social sería bien recibido tanto por inversores locales como internacionales, lo que potencialmente beneficiaría al mercado bursátil y a los tipos de cambio. Jorge Selaive, economista jefe de Scotiabank Chile, destacó las posibles recompensas del mercado ante este giro político.
Las elecciones regionales se producen tras un período de alta tensión política en Chile. En 2019, las protestas contra la desigualdad impulsaron un auge de la política de izquierda, culminando con la elección de Boric y la formación de un comité encargado de redactar una nueva constitución. Sin embargo, los votantes rechazaron tanto la propuesta constitucional inicial como una posterior elaborada por un comité electo de extrema derecha.
Los resultados del domingo aumentaron el número de alcaldes de la coalición de centro-derecha Chile Vamos, fortaleciendo la posición política de Evelyn Matthei, alcaldesa saliente y potencial candidata presidencial. El analista político Kenneth Bunker señaló a Matthei como una figura central en la próxima contienda presidencial.
A pesar de enfrentar bajos índices de aprobación y un escándalo en curso que involucra la dimisión del jefe de las fuerzas de seguridad debido a una investigación por agresión sexual, el gobierno de Boric no sufrió la derrota abrumadora que algunos habían pronosticado.
Los republicanos de extrema derecha también experimentaron ciertos avances a nivel municipal, aunque el analista Guillermo Holzmann de la Universidad de Valparaíso indicó que su desempeño quedó por debajo de sus propias expectativas. Su campaña, que prometía mayor seguridad —una preocupación principal entre los votantes— no condujo a las victorias contundentes que habían anticipado.
Dado que la mayoría de los gobernadores no aseguraron una victoria directa, se ha programado una segunda vuelta para el 24 de noviembre, que según Holzmann arrojará más luz sobre la carrera electoral presidencial. La coalición gobernante aún no ha anunciado ningún favorito para las elecciones presidenciales, y cabe recordar que la reelección consecutiva no está permitida en Chile.
Reuters contribuyó a este artículo.
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