Lisboa, 27 mar (EFE).- La deuda soberana de Portugal a dos años renovó hoy sus niveles mínimos al situarse en torno al 0,09 %, mientras que los títulos a cinco y diez años registraron subidas y se alejaron de las cotas mínimas alcanzadas hace dos semanas.
En el caso de las obligaciones a diez años, utilizadas para medir la confianza que despierta el país, la rentabilidad que exigen los inversores en el mercado secundario -donde se intercambian los títulos adquiridos en subasta pública- creció hasta el 1,74 %.
El mínimo en este plazo data del pasado día 13, cuando cayeron hasta el 1,56 %.
Los mismo ocurrió con la deuda a cinco años, que hoy cotizaba en torno al 1 % de interés, por encima del 0,82 % del 12 de marzo.
Las obligaciones lusas en los vencimientos más largos acumulan así dos semanas en las que la tendencia general ha sido al alza, después de los mínimos conseguidos gracias a la buena acogida en los mercados del programa de compra de deuda soberana puesto en marcha por el Banco Central Europeo (BCE).
La medida del BCE contribuyó a reducir los intereses de la deuda de la periferia europea incluso antes de que fuera anunciada oficialmente, una trayectoria que se vio acentuada en la primera semana de aplicación del programa, que se inició el 9 de marzo.
El plan tiene un objetivo de 60.000 millones de euros mensuales, mediante el cual el BCE podría adquirir entre 16.000 y 17.000 millones de euros en títulos portugueses, avanzó hace unas semanas la presidenta del Tesoro luso, Cristina Casalinho.
Las tres grandes agencias de calificación de riesgo mantienen todavía a la deuda soberana lusa en nivel "basura", situación que podría cambiar hoy, cuando Fitch tiene previsto revisar la nota de Portugal.
La semana pasada, Standard & Poor's decidió mantener a Portugal a dos escalones de salir del nivel "basura", aunque mejoró su perspectiva de "estable" a "positiva".
A pesar de ello, la deuda lusa está recibiendo una buena acogida en los mercados, como demuestra el éxito de las últimas subastas del Tesoro portugués.
La deuda portuguesa actual contrasta con las dificultades que sufrió Portugal para financiarse a intereses sostenibles en los peores momentos de la crisis.
Los interese llegaron a tocar máximos del 22 % (a dos años), el 21 % (a cinco) y el 17 % (a diez) en enero de 2012, niveles muy alejados de las rentabilidades a las que cotiza en la actualidad.
Portugal recurrió en 2011 a la asistencia financiera de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI), un préstamo de 78.000 millones de euros que recibió a cambio de un duro programa de ajustes y reformas que cerró con éxito en mayo.