Lisboa, 23 oct (EFE).- La presión sobre la deuda de Portugal se alivió ligeramente en los últimos días, después de que la semana pasada las tasas de interés que exigen los inversores alcanzasen niveles que no se registraban desde el verano.
La rentabilidad del bono a diez años, el vencimiento que se utiliza como referencia en el mercado secundario de deuda -donde se compran y venden los títulos adquiridos en subasta pública-, se situaba hoy en torno al 3,3 %.
Esta tasa es inferior al 3,5 % que llegaron a alcanzar los intereses de este tipo de obligaciones el viernes pasado, como consecuencia de las crecientes dudas sobre Grecia y los temores sobre una desaceleración de la economía mundial que afectaron a los mercados durante la semana.
No obstante, la penalización se sitúa todavía lejos del mínimo histórico del 2,95 %, registrado el pasado 10 de octubre.
En el caso de la deuda a cinco años, el rendimiento se encontraba esta mañana en el 1,9 %, frente al 2,1 % del viernes pasado.
La tasa exigida por los inversores a dos años abría la sesión de hoy en torno al 0,8 %, también por debajo del nivel del viernes, cuando cotizaba por encima del 1 %.
A pesar de las subidas registradas la semana pasada, la deuda lusa se mantiene muy lejos de los máximos alcanzados durante los peores momentos de la crisis en Portugal, ya que a principios de 2012 los títulos a diez años llegaron a pagarse por encima del 17 % de interés.
El aumento de estas tasas a mediados del 2011 llevó al Gobierno luso a recurrir al rescate financiero de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2011, un préstamo de 78.000 millones de euros concedido a cambio de un severo programa de ajustes y reformas que cerró con éxito el pasado mayo.