Lisboa, 7 abr (EFE).- Los intereses que penalizan la deuda soberana de Portugal con vencimiento a dos años batieron hoy un nuevo mínimo histórico, al bajar hasta el 0,012 %, 750 veces menos que en 2011, cuando solicitó su rescate financiero.
Lisboa solicitó la ayuda de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) hace justo cuatro años debido, precisamente, a la asfixiante presión de los mercados, y entonces estos mismos títulos cotizaban en torno al 9 %.
Este enorme descenso de la rentabilidad exigida por los inversores para comprar deuda lusa se explica en buena parte por la política expansiva del Banco Central Europeo (BCE), que ha provocado una brusca caída de los intereses en la mayoría de países del continente durante los últimos meses.
De hecho, en apenas diez días la tasa que penaliza los bonos portugueses con plazo a dos años ha bajado del 0,09 % al actual 0,012 %, renovando mínimos históricos en el mercado secundario -donde se compran y veden títulos adquiridos en subasta pública- prácticamente a diario.
El Gobierno luso, entonces de signo socialista, hizo pública su petición de rescate el 6 de abril de 2011 después de meses resistiendo a las presiones -internas y externas- para solicitarlo.
El detonante fue una emisión de deuda a corto plazo realizada ese mismo día en la que pagó más de un 5 % de interés por sus letras a seis y doce meses, tasas insostenibles para un país que ahora coloca estos mismos títulos a cambio de una penalización inferior al 0,1 %.
Al mismo tiempo, en el mercado secundario sus obligaciones a cinco y diez años rondaban el 9 % de interés, mientras que hoy cotizan al 0,8 y el 1,6 %, respectivamente.
El primer ministro entonces, el socialista José Sócrates -hoy en prisión preventiva por su supuesta vinculación con un caso de corrupción-, se opuso hasta el último momento a la intervención externa, pero se vio abocado a ello por la actuación del titular de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos.
En una entrevista televisiva divulgada hoy, Teixeira dos Santos reconoció que actuó por su cuenta y riesgo, al dar unas declaraciones aquel día al periódico "Jornal de Negócios" en las que admitía que el país necesitaba un rescate.
Esas palabras acabaron con el escaso margen del que disponía Sócrates para no pedir ayuda, aunque deterioraron la relación entre ambos dirigentes pese a formar parte del mismo Ejecutivo.
El primer ministro, de hecho, ya había anunciado su dimisión dos semanas antes por no haber conseguido que los Presupuestos fuesen aprobados en el Parlamento -los socialistas gobernaban en minoría- y el país ya se preparaba para las elecciones anticipadas, programadas para junio.
"Tuve varios días largos, pero éste fue sin duda el más largo y el más difícil. Un día tenso, de fricción y angustia, aunque al final de la jornada era consciente de que habíamos llegado a un punto decisivo de dificultad y que yo había hecho lo que hacía falta hacer", se defendió Teixeira dos Santos.