Atenas, 27 may (EFE).- El ala más radical de Syriza, la denominada Plataforma de Izquierda, ha criticado hoy al presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, por exigir aún más esfuerzos a Grecia, y ha instado al Gobierno a no ceder a las presiones de los acreedores y a no temer una salida del euro.
En un artículo publicado en la página web de la Plataforma de Izquierda, critica que el presidente de la CE, en una entrevista con la agencia de noticias alemana MNI, pidiese que la reforma del impuesto sobre el valor añadido (IVA) aporte 1.800 millones de euros adicionales, lo que corresponde al 1 % del producto interior bruto (PIB), con el fin de cerrar la brecha financiera.
En la entrevista, Juncker calificó de "crucial" la reforma de las pensiones, especialmente por el elevado número de prejubilaciones, pero dejó entrever que la exigencia de la reforma laboral podría posponerse a otoño.
El presidente de la CE criticó que Grecia quiera reducir el objetivo de ingresos por privatizaciones.
Juncker recordó que en el plan de rescate estaban previstos ingresos por valor de 22.000 millones de euros que posteriormente se rebajaron a 17.000 millones euros, y que ahora el gobierno pretende reducir aún más. "Eso no puede ocurrir", sostuvo.
La Plataforma de Izquierda acusa además a Juncker de interferir "en los asuntos internos del gobierno y de Syriza", por haber considerado que la formación izquierdista "no es un partido normal".
Concretamente, Juncker aseguró en la entrevista que confía en el primer ministro, Alexis Tsipras, pero no en su partido, que caracterizó como "una mezcla de muchas tendencias".
En la entrevista, Juncker afirmó además que el ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, "no ayuda en el proceso".
"Varufakis es el ministro de Finanzas de un país que afronta grandes problemas y no da la sensación de que lo sepa", señaló.
La Plataforma de Izquierda emplaza al ejecutivo griego a no firmar un acuerdo "incompatible con su programa de gobierno" y destaca que "el país tiene alternativas sostenibles" para presentar un plan que permita "la salida progresista de la crisis".
"La salida de la eurozona no es un desastre, como intentan presentarla los acreedores", asegura el ala radical, que añade que los propios socios reconocen que una salida de Grecia del euro tendría consecuencias probablemente más graves para ellos que para este país.