Lisboa, 19 jun (EFE).- El primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, dijo hoy que Portugal e Irlanda no están "desesperados, inquietos y ansiosos" por las consecuencias que pudieran derivarse de la situación de Grecia, como así ocurría en 2010.
Durante el debate quincenal del Parlamento, Passos Coelho aseguró que ni Portugal ni Irlanda están a la espera de saber "cuánto tiempo tardarán en pedir la ayuda externa si se materializara algún riesgo derivado de Grecia".
"Si hoy encaramos esa incertidumbre y esos riesgos con mayor seguridad y confianza, se debe al trabajo de preparación que comenzó hace cuatro años", señaló, en alusión al comienzo de la presente legislatura.
El jefe del Gobierno luso volvió a insistir en que Portugal se encuentra prevenido financieramente para afrontar un escenario de mayor volatilidad en los mercados y añadió que es considerado un socio "de confianza" en la zona del euro.
"Hoy Portugal es visto como una economía que se está recuperando y como un país que habiendo ganado credibilidad consigue posicionarse en el corazón de Europa como un país merecedor de confianza", dijo.
Defendió además que la situación actual es posible gracias a que el Gobierno se ha mantenido alejado de la posición "fácil" respecto a las políticas internas y presupuestarias que reclamó durante esta legislatura la oposición socialista.
De no haber aplicado políticas en favor de la reducción del gasto público ni haber controlado las finanzas, dijo, Portugal estaría ahora como Grecia: "al borde de un tercer rescate".
Portugal pactó en 2011 con la "troika" un severo programa de ajustes y reformas -firmado por conservadores y socialistas- a cambio de un rescate que se concretó en un fuerte aumento de la presión fiscal y en duros recortes del gasto público.
El país cerró con éxito en mayo de 2014 ese programa de asistencia financiera, por el que recibió un préstamo de 78.000 millones de euros.