Con la subida de las temperaturas, muchos países del mundo están sufriendo un calor extremo que ha provocado un aumento de las muertes relacionadas con el calor. En Arabia Saudí se anunció la muerte de más de 1.300 personas durante la peregrinación a La Meca en junio. Muchos de los fallecimientos se debieron a golpes de calor, ya que las temperaturas en La Meca, ciudad donde tiene lugar la peregrinación del Hajj, alcanzaron hasta 50°C.
Un patrón similar se ha observado en Europa, donde muchos países están dando la voz de alarma ante las próximas olas de calor y aconsejando a la población que tome las precauciones necesarias, pues en algunos ya se están registrando muertes a causa de las altas temperaturas.
En Grecia, por ejemplo, tres turistas fueron hallados muertos en una semana en la que las temperaturas alcanzaron los 43°C. Para hacer frente a esta situación, muchos países europeos, especialmente los más expuestos a las olas de calor, se apresuran a poner en marcha planes de emergencia.
No se trata de un fenómeno nuevo en el continente, que ha registrado un elevado número de muertes relacionadas con el calor en los últimos años, especialmente durante el verano.
Según un estudio del año pasado, solo en el año 2022 murieron en Europa 61.672 personas por causas relacionadas con el calor entre mayo y septiembre.
Cómo puede matarte el calor
Camilo Mora, científico del clima y profesor de la Universidad de Hawai, ha estudiado cómo el calor puede llegar a ser mortal. En un artículo del que es coautor, Mora identificó 27 formas distintas en las que las personas pueden morir a causa del calor extremo y todo se reduce a qué órgano falla primero.Mora explica que, cuando el cuerpo se expone a altas temperaturas, su primera respuesta es la sudoración. "Básicamente, el mecanismo por el que el cuerpo sale de ese calor es a través de la evaporación del sudor. Y para que eso ocurra, la temperatura exterior en el aire tiene que ser inferior a la temperatura corporal", explica Mora a 'Euronews'.
"Siempre que la temperatura exterior sea igual o superior, la temperatura creada por el cuerpo no puede salir de él, y eso crea una condición llamada hipotermia, básicamente la incapacidad del cuerpo para liberar el calor que genera", añadió.
Una vez que el cuerpo no puede enfriarse, reacciona gestionando el flujo sanguíneo para dar prioridad a la regulación de la temperatura corporal, un mecanismo que en algunos casos podría causar la muerte. "La prioridad es enfriar el cuerpo y para ello extrae toda la sangre del organismo y la envía a la piel para que, a través de la evaporación del sudor, esa sangre pueda volver fría", explicó Mora.
A veces, esta acción de desviar la sangre hacia la piel puede ejercer presión sobre el corazón, que empieza a bombear sangre más deprisa para regular la tensión arterial, lo que acaba provocando un infarto. Otras veces, este mismo mecanismo también puede provocar un fallo orgánico.
Por ejemplo, a temperaturas muy altas, el cerebro prioriza el flujo sanguíneo a las funciones esenciales y lo reduce a órganos menos críticos como el estómago. Esto puede dañar el revestimiento intestinal, permitiendo que el contenido del intestino entre en el torrente sanguíneo, lo que causa muchos problemas de salud que pueden llevar a la muerte.
"Los glóbulos blancos empiezan a entrar y a atacarlo, como mecanismo de defensa, lo que crea la coagulación. Y entonces esta coagulación llega a los riñones, los bloquea y, si tienes los riñones en mal estado, puede ser una forma de morir", explica Mora, quien añade que a veces la coagulación, o coagulación de la sangre, también puede llegar al cerebro y crear problemas potencialmente mortales.
Quiénes corren más riesgo de morir por calor
"Hay dos grupos de personas muy afectadas por el calor: las personas de edad avanzada", explica Mora. "La razón es que su piel ya está maltratada por años de uso, por lo que no es tan eficiente para termorregular", añadió.Mora explica además que los niños pequeños también corren un alto riesgo porque su cuerpo se calienta más rápido que el de los adultos. Además, las personas con obesidad pueden tener dificultades para disipar el calor, lo que las hace también más vulnerables al calor.
Según Mora, las personas que consumen sustancias que pueden alterar la capacidad del cerebro para reconocer y responder a las altas temperaturas, como las drogas o el alcohol, también están en riesgo. "Al estar expuesto a estas drogas, el cerebro no entiende que está expuesto y deja de poner en marcha el mecanismo por el que realmente puede enfriarse", explica Mora.
Síntomas y precauciones
Cuando se trata de prevenir la muerte por calor, más vale prevenir que curar, y reconocer a tiempo los síntomas de las enfermedades relacionadas con el calor puede salvar vidas.Según Mora, algunos de estos síntomas son la sudoración, que es la primera respuesta del cuerpo a la exposición al calor, el aumento de la frecuencia cardíaca, junto con sensaciones de mareo y pérdida del conocimiento.
Para reducir el riesgo de morir a causa del calor, la principal estrategia es evitar exponerse y permanecer en el interior el mayor tiempo posible. Otras formas de evitar la insolación son mantenerse hidratado, llevar ropa holgada de colores claros, evitar el sol durante las temperaturas máximas y también evitar el ejercicio extremo y el exceso de alcohol.
A largo plazo, Mora considera especialmente útil la planificación urbana, sobre todo la plantación de más árboles en las ciudades, que pueden ayudar a refrescar las zonas urbanas y reducir la carga global de calor que soporta la población.