Quito, 1 jun (EFE).- El líder de los empresarios de Ecuador, Blasco Peñaherrera, pidió hoy un giro "de 180 grados" en la política comercial del Gobierno, el cual a su juicio está dividido en dos bandos enfrentados, uno que promueve la apertura y otro que la rechaza.
Peñaherrera, que es presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano y de la Cámara de Comercio de Quito, se quejó en rueda de prensa de que el país "se aferra a un aislamiento que es terriblemente malo para los sectores más sensibles" pues, en su criterio, el comercio exterior reduce la pobreza.
Ecuador perdió el acceso privilegiado de sus productos a Estados Unidos con el vencimiento en febrero pasado de los beneficios arancelarios entregados por Washington y tampoco cuenta con un acuerdo comercial con la Unión Europea, su otro gran mercado, que sí han suscrito sus vecinos, Perú y Colombia.
El Gobierno intenta reanudar las negociaciones con Bruselas, pero aparentemente existen disputas al respecto en su seno, reflejadas en declaraciones contrapuestas de los viceministros de Producción, Mauricio Peña, y de Exteriores, Kintto Lucas.
Para Peñaherrera en el Gobierno existen "dos bandos", uno liderado por el Ministerio de Producción, que promueve la "integración" comercial, y otro representado por la Cancillería, que aboga por el "aislamiento".
"El presidente de la República debe decir cuál es el norte", afirmó el empresario, quien le pidió que nombre a personas "que conozcan del tema" en la Cancillería, la cual se encarga también del comercio exterior.
Por su parte, el jefe de Estado, Rafael Correa, enfatizó que "hay una sola tendencia" en comercio exterior en su Gobierno, según recogió hoy el diario oficial El Ciudadano.
El mandatario dijo que "si es posible se analizará un acuerdo comercial, no un tratado de libre comercio, con la Unión Europea, el cual debe ser beneficioso para las dos partes y así evitar el neocolonialismo que se ha querido imponer en otros tratados".
También acusó a la prensa de manipular y sacar de contexto las declaraciones de Lucas y Peña.
El vicecanciller señaló en una entrevista con la agencia cubana Prensa Latina que los acuerdos que impulsa la UE "son una forma de neocolonialismo para salvarse de la crisis económica", mediante la venta masiva de sus productos en países en desarrollo.
Peña criticó el lunes esas opiniones, en su nombre y en el de la ministra Coordinadora de la Producción, Nathalie Cely, quien estuvo la semana pasada en Bruselas precisamente para intentar reactivar las negociaciones de un acuerdo con la UE.
"Nos preocupan tremendamente las declaraciones del viceministro de Relaciones Exteriores. Son declaraciones de carácter personal. Nosotros no reconocemos dichas declaraciones como declaraciones de un funcionario del Gobierno nacional", dijo Peña.
Por su parte, Lucas apuntó hoy que "la realidad" es que "hay que negociar" con la Unión Europea, pero de acuerdo con "los intereses" del país, sin aceptar "imposiciones".
"Hay algunos sectores en Ecuador que están empujando e intentado que se acepte cualquier cosa y que se acepte un tratado de libre comercio", comentó.
La Cancillería ha puesto su esfuerzo en diversificar los mercados para los productos ecuatorianos, con énfasis en Oriente Medio, por ejemplo, y países afines ideológicamente como Venezuela, Bolivia y Cuba.
En cambio, Peñaherrera recalcó hoy que con esas naciones "no se ha conseguido nada importante" y dijo que "no se puede seguir insistiendo en que los mercados marginales van a suplantar a Estados Unidos, la Unión Europea y Asia".
Por ello, señaló que en política comercial "se necesita un giro de 180 grados" y se quejó de los mensajes "contradictorios" enviados por el Gobierno, donde la falta, en su opinión, de una estrategia sobre el tema da lugar a "peleas entre funcionarios".
"Esto nos pone muy mal frente a las naciones con las que negociamos", subrayó el empresario, quien remarcó que el resultado de esa indecisión sobre comercio es la baja entrada de inversión extranjera en Ecuador.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Perú recibió el año pasado más de 7.300 millones de dólares en capital externo y Colombia más de 6.700 millones, mientras que en Ecuador entraron tan solo 164 millones.
"Hoy tenemos mayor inseguridad jurídica, peor ambiente de negocios, tenemos un manejo de la economía que nadie comprende (..) y por último no tenemos nada en lo que tiene que ver con la integración comercial", aseveró Peñaherrera. EFE