Bilbao, 6 mar (.).- El presidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2), Javier Brey, defiende la madurez del hidrógeno como tecnología, y cree que no alcanzar al 100 % los "muy ambiciosos" objetivos marcados por España y la Unión Europea (UE) para 2030 tampoco sería un "drama" porque se va por el "camino correcto".
En una entrevista con EFE durante el Congreso Europeo del Hidrógeno (EHEC), que se celebra en Bilbao, Brey insiste en que los cambios "llevan un tiempo", y recuerda que también entran en juego "factores extrínsecos" o externos, como puedan ser "una pandemia, una guerra o una subida o bajada de los tipos de interés".
Este ingeniero "de profesión y de vocación", como se describe en una conocida red social, celebra que el interés en el hidrógeno se haya "multiplicado", como prueba la alta participación en este congreso al que asisten "1.100 personas de 35 países que no vienen a escuchar grandes conferencias sino a trabajar juntos".
Más allá de ello, Brey habla del incremento de las aspiraciones nacionales respecto a este vector, y es que si en 2022, cuando tuvo lugar la anterior EHEC en Madrid, la meta de España eran cuatro gigavatios (GW) para comienzos de la próxima década, meses más tarde, un censo de proyectos de la asociación la elevó a once.
Esta previsión de capacidad de electrólisis es la que figura en el borrador de la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima o Pniec, remitido a Bruselas, pero recientemente Enagás (BME:ENAG) la ha incrementado aún más, a 23,3 GW, en un escenario medio, tras analizar los resultados de su 'call for interest'.
Este crecimiento tiene su correlato en cuestiones de inversión, pues mientras la hoja de ruta de 2020 hablaba de 9.000 millones de euros invertidos hasta 2030, los datos que maneja la AeH2 lo hacen de 21.000 millones.
"¿Por qué? Porque se ha visto claro que es la alternativa más viable. Tenemos un sistema basado en combustibles fósiles que queremos cambiar, queremos descarbonizar nuestra industria, hacer más segura nuestra energía, controlar su coste, y eso lo podemos conseguir gracias al hidrógeno", responde Brey. ¿Y si los plazos no se cumplen?
Sin embargo, admite, los cambios "llevan un tiempo" y, además, "hay muchos factores que algunas veces frenan y otras aceleran el desarrollo".
Desde su punto de vista, sí que es posible que esos objetivos no se cumplan a 2030, pero no le preocupa "si hay un retraso o un menor cumplimiento" porque "el interés de la industria está".
"¿Qué puede ocurrir? ¿Qué los cumplamos un poco más tarde? Pues sí, a lo mejor los tenemos para 2033. A lo mejor en 2030 no tenemos 11 GW y tenemos siete, pero no es un drama. No quiere decir que hayamos fracasado como sector ni que no sea una alternativa viable", añade.
Y continúa: "simplemente vamos por el camino correcto y no hemos llegado a tiempo. ¡Ahora resulta que va a ser el hidrógeno lo único que tenga que cumplir plazos!". Una tecnología madura con posibilidad de mejorar
Convencido de su potencial, de su seguridad, de su versatilidad y de la capacidad de ser producido de forma local, Brey habla del hidrógeno como una tecnología madura aunque el sector, como cualquiera que se esté implantando, tenga margen de mejora.
"Los electrolizadores, el hidrógeno, las pilas de combustibles... los hemos enviado en satélites, en cohetes a la luna y en submarinos a 300 metros por debajo del agua. Y funcionan, son tecnologías probadas", explica.
De ahí que aunque esté por ver cómo se moverá, cuál va a ser su precio o qué impuestos tendrá, este vector no sólo esté maduro desde el punto de vista tecnológico, sino que se presenta como solución para descarbonizar todos los sectores, desde el transporte ligero al pesado, pasando por la industria y el residencial. El futuro, con hidrógeno o no será
En este punto, Brey repite el mantra de Bruselas, "el futuro será con hidrógeno o no será", y valora el "compromiso político a todos los niveles" que existe en EE.UU., China, Europa o Latinoamérica.
Un ejemplo lo supone la veintena de acuerdos bilaterales firmados por la AeH2, a los que se sumarán otros cuatro, con Uruguay, Dinamarca, Francia y Alemania, que se suscribirán en esta cita.
"Sí que entiendo que haya gente que diga que, para su negocio, el hidrógeno no está lo suficientemente maduro para meterse. Pero ojo, porque otras empresas de tu sector pueden estar entrando ya", concluye a modo de advertencia.
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