La Comisión Europea aprueba el plan de Alemania para rescatar Lufthansa (DE:LHAG) por un monto de 6.000 millones de euros. El grupo de transporte aéreo más grande del continente está sumido en una crisis sin precedentes, como el resto del sector, debido a la pandemia de coronavirus.
El plan espera ahora el visto bueno de la junta de accionistas de la empresa reunida este jueves. "Nos hemos quedado sin dinero", reconocía el presidente Karl-Ludwig Kley para defender el rescate. "Hasta el día de hoy vivimos de las reservas que guardamos durante los años buenos. Pero pronto habremos utilizado la mayor parte. Sin apoyo, la bancarrota se avecina en los próximos días."
Los tripulantes de cabina de Lufthansa se manifestaron el jueves por la mañana después de que su sindicato acordara un paquete de reducción de costes de más de 500 millones de euros. Los despidos están fuera de la mesa hasta el final del 2023, pero los trabajadores verán reducidas las horas y los salarios.
El plan de recapitalización para ayudar a la compañía a superar la crisis forma parte de un paquete de rescate más amplio que también incluye una garantía estatal sobre un préstamo de 3.000 millones de euros que Berlín planea conceder a la empresa en virtud de un plan de ayuda ya aprobado por Bruselas en marzo.
Por su parte, su competidor Ryanair (LON:RYA) dice que impugnará la decisión de Bruselas ante la justicia europea porque, alegan, es contrario a la competencia.
"El único negocio en el horizonte futuro a medio plazo es el del ocio. Es la gente que normalmente vuela a corta distancia en aerolíneas como Ryanair. Así que estas compañías podrían tener un tiempo más fácil para recuperarse y recuperar algún tipo de mercado. Mientras que las aerolíneas como Lufthansa realmente tienen que reajustar su modelo de negocio", explica el periodista experto en aerolíneas Andreas Spaeth.
Lufthansa tiene el 80% de sus aviones en tierra. El rescate permitiría al Gobierno tomar una participación del 20% a través de su fondo de estabilización económica y obtener dos asientos en la junta.
La compañía se ha comprometido a ceder algunas plazas en sus centros de Frankfurt y Munich a sus competidores.