Por Yew Lun Tian
PEKÍN, 26 jul (Reuters) -Un alto diplomático chino adoptó el lunes un tono de confrontación en unas conversaciones de alto nivel con Estados Unidos, acusándolo de crear un "enemigo imaginario" para desviar la atención de sus problemas domésticos y suprimir a China.
En un momento de empeoramiento de las relaciones entre las dos mayores economías del mundo, la vicesecretaria de Estado de Estados Unidos, Wendy Sherman, la segunda en el escalafón diplomático del país, llegó a China el domingo para mantener reuniones cara a cara en la ciudad norteña de Tianjin, las cuales el Departamento de Estado estadounidense describió como "francas y abiertas".
No se acordaron resultados concretos y no se discutió la posibilidad de una reunión entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente chino, Xi Jinping, según dijeron altos cargos del Gobierno estadounidense tras las conversaciones, que duraron unas cuatro horas.
Poco después de que comenzaran las reuniones del lunes, medios de comunicación estatales chinos informaron de las hostiles declaraciones del viceministro de Asuntos Exteriores, Xie Feng, quien se hizo eco de la actitud igualmente combativa mostrada por altos cargos chinos durante las conversaciones de alto nivel celebradas en marzo en Alaska.
"Estados Unidos quiere reavivar el sentido de propósito nacional estableciendo a China como un 'enemigo imaginario'", fue la cita de Xie publicada por medios chinos mientras se desarrollaban las conversaciones.
Estados Unidos ha movilizado a su Gobierno y a su sociedad para suprimir a China, añadió.
"Como si una vez suprimido el desarrollo de China, los problemas internos y externos de Estados Unidos se resolvieran, y Estados Unidos volviera a ser grande, y la hegemonía de Estados Unidos pudiera continuar".
Sherman expuso la preocupación de Estados Unidos por las acciones de China en cuestiones que van desde Hong Kong y Xinjiang hasta el Tíbet y los ciberataques, según dijeron altos cargos del Gobierno estadounidense, y añadió que China no debería abordar áreas de preocupación global, como el clima y Afganistán, de forma transaccional.
Sherman, que también se reunió con el Consejero de Estado y Ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, planteó su preocupación, entre otras cosas, por lo que Washington considera la falta de voluntad de China para cooperar con la Organización Mundial de la Salud en una segunda fase de investigación sobre los orígenes de la COVID-19, así como sobre el acceso de los medios de comunicación extranjeros en China.
"La vicesecretaria planteó en privado —como lo hemos hecho en público— su preocupación por una serie de acciones de la RPC (República Popular China) que van en contra de nuestros valores e intereses y de los de nuestros aliados y socios, y que socavan el orden internacional basado en normas", dijo el Departamento de Estado estadounidense en un comunicado.
"Es importante que Estados Unidos y China discutan las áreas en las que no estamos de acuerdo para que entendamos la posición del otro, y para que tengamos claro de dónde viene cada parte", dijo un alto cargo del Gobierno estadounidense.
"Llegar a un acuerdo o a resultados específicos no era el objetivo de las conversaciones de hoy", dijo un alto cargo estadounidense.
DISPUTA PROTOCOLARIA
La visita de Sherman a China se añadió a última hora a un itinerario asiático que incluía paradas en Japón, Corea del Sur y Mongolia, en medio de disputas protocolarias entre Pekín y Washington.
El sábado, Wang había advertido que China no aceptaría que Estados Unidos adopte una posición "superior" en su relación, un día después de que China diera a conocer sanciones contra el exsecretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross, y otros.
Las relaciones entre Pekín y Washington se deterioraron notablemente bajo el mandato del expresidente estadounidense Donald Trump, y el Gobierno de Biden ha mantenido la presión sobre China en una postura que goza del apoyo de los dos partidos políticos con representación parlamentaria de EEUU, pero que amenaza con profundizar la desconfianza.
"Cuando ambos países se ven como un enemigo, el peligro es que se convierta en una profecía autocumplida", dijo Cheng Xiaohe, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Renmin de Pekín.
Las conversaciones del lunes se celebraron en un momento de deterioro de las relaciones entre Pekín y Washington, que han empeorado en los meses transcurridos desde una primera reunión diplomática celebrada en marzo en Anchorage, la primera bajo el Gobierno de Joe Biden.
En la reunión celebrada en Alaska, los representantes chinos, incluido Wang, arremetieron contra el estado de la democracia en Estados Unidos, mientras que los enviados estadounidenses acusaron a la parte china de grandilocuente.
La reunión del lunes se celebró en un contexto de estrictas restricciones chinas frente a la pandemia de COVID-19, que han obligado a los enviados extranjeros a reunirse con sus homólogos chinos fuera de Pekín.
Los medios de comunicación extranjeros se mantuvieron lejos del lugar donde se celebraron las conversaciones, si bien medios chinos fueron autorizados a entrar en el recinto.
(Información de Yew Lun Tian, Cate Cadell y Tony Munroe; editado por Lincoln Feast, Clarence Fernandez y Giles Elgood; traducido por Michael Susin y Darío Fernández)