Túnez, 15 oct (.).- El Gobierno tunecino, que entró en funciones el pasado lunes tras dos meses de vacío de poder, debe retomar "de manera imperativa" las negociaciones entre los diferentes organismos nacionales para relanzar un nuevo programa de crédito con el Fondo Monetario Internacional (FMI), declaró este viernes el Banco Central Tunecino (BCT).
Para salir del impasse en el que se encuentra el país, el Ejecutivo debe concertar una solución junto a la central sindical UGTT, la patronal UTICA y la sociedad civil basada en reformas presupuestarias y económicas sin olvidar el carácter social, explicó el director general de financiación del BCT, Abdelkarim Lassoued, en declaraciones a la agencia estatal TAP.
"Estas reformas deben ponerse en marcha de aquí a los tres próximos meses", insistió el responsable pocas horas después de que la agencia calificadora de riesgos Moody's rebajara la nota soberana de B3 a Caa1.
Dicho programa podría aportar una respuesta a la inestabilidad política- con un total de diez gobiernos durante la última década- que ha provocado su incapacidad para realizar las reformas necesarias y, como consecuencia, la reducción de sus reservas en divisas, situadas a finales de septiembre en 6.500 millones de euros, el equivalente a 127 días de importación.
En este sentido, el directivo calificó de "señal positiva" el proyecto de ley complementario de los presupuestos generales para 2021, que fue presentado este jueves durante el primer consejo de ministros del Ejecutivo de Nadjla Bouden.
Una semana antes, el Banco Central alertó del "desgaste" de los recursos financieros exteriores para cubrir las necesidades del Estado y que ha llevado al deterioro de su nota por segunda vez durante este último año después de que la agencia Fitch Rating la degradase en julio a "B" con una perspectiva negativa.
Según el último informe del organismo financiero, se prevé que la deuda pública alcance antes de 2022 los 35.000 millones de euros, de los cuales 22.000 millones corresponderían a la deuda exterior.
Un situación "crítica", afirmó en un comunicado, que traduce los temores de los organismos financieros y la ausencia de un acuerdo con el FMI, cuyas negociaciones arrancaron en mayo y se esperaba cerrar un crédito en septiembre- el cuarto durante la última década- por valor de 3.300 millones de euros.
Por ello, el BCT instó a las autoridades a transmitir señales "claras" a los inversores locales y extranjeros sobre la recuperación económica, la consolidación de la gobernanza del sector público y la mejora de su clima de negocios.
Sin embargo, los analistas se muestran escépticos ante la posibilidad de alcanzar un nuevo acuerdo con el FMI después de que el pasado 15 de julio el mandatario decretase el Estado de excepción y se arrogase plenos poderes con el fin de "recuperar la paz social".
Una iniciativa calificada por la mayoría de partidos como "golpe de Estado", mientras otras formaciones consideran que se trata de una "rectificación" de la revolución de 2011 que puso fin a las dos décadas del régimen autócrata de Zine al Abidine Ben Ali.